EL PAíS › SILENCIO OFICIAL ANTE LA MARCHA

“Llamen al Congreso”

Decidido a cumplir a rajatabla su estrategia, el Gobierno no emitió sonido anoche sobre la marcha de Juan Carlos Blumberg. El “operativo silencio” se había decidido a principios de semana al entender que cualquier intervención oficial le devolvería al padre de Axel el lugar exclusivo de víctima y lo despojaría de los aditamentos políticos que, para la Casa Rosada, son los que terminarán limitando la acción del ingeniero.
Fuera de micrófono, los funcionarios oficiales tampoco agregaron demasiados elementos. “Llamen al Congreso”, fue una de las frases más escuchadas, en una manera elegante de decir que Néstor Kir-chner no fue el destinatario de la movilización.
En la Casa Rosada están convencidos de que el componente de derecha del discurso de Blumberg (la alusión a los derechos humanos que hizo ayer es un clásico en ese sentido) no hace más que restringir las adhesiones que fue logrando desde el secuestro y asesinato de su hijo.
De hecho, las especulaciones de que ya no se trata de un reclamo de seguridad y justicia, sino de la antesala de un lanzamiento político, produjo un cúmulo de deserciones, entre ellas la de Juan Carr, titular de la Red Solidaria, y del rabino Daniel Goldman.
Si bien la orden oficial fue no hacer ninguna alusión a la movilización, en la Casa Rosada prestaron suma atención al desarrollo de los acontecimientos. Aníbal Fernández los siguió desde su despacho. El ministro del Interior estuvo en contacto permanente con Kirchner y también con su secretario de Seguridad, Alberto Iribarne.
Hubo sí preocupación cuando comenzaron a circular diversas cifras sobre el número de concurrentes –40 mil primero, 70 mil después–, que se adjudicaron a la Policía Federal. El titular de la fuerza, Néstor Valleca, debió salir a hablar oficialmente. Dijo que hubo 30 mil personas, en claro contraste con las “más de 180 mil almas” que consideraron los organizadores de la marcha.
El silencio planificado por Kirchner fue acompañado con rondas de reuniones con Fernández y Valleca para avanzar en la estrategia en materia de seguridad, que desde esta semana depende de la cartera de Interior. La única voz oficial que se escuchó en la noche fue la de la senadora Cristina Fernández Kirchner. Pero no fue para hablar de la marcha sino de la raíz de la inseguridad, que es hoy el principal debate entre la gente. “La verdadera causa de la inseguridad es la brecha entre ricos y pobres”, señaló la primera dama durante la cena mensual de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa).

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