EL PAíS

Salvando el patrimonio

Por A. G.-Y.

Sir Robin Christopher está orgulloso de haber podido restaurar la residencia del embajador en Buenos Aires y le atribuye una importancia mayor que la arquitectónica o la protocolar.
–Es obvio que la batalla para preservar esta casa, la residencia, fue muy importante –dice a Página/12.
–¿Batalla con quién?
–La batalla con Londres, con la Tesorería. Encontré aliento en el apoyo que recibí en la Argentina. Al final, ganamos la batalla y el gobierno británico decidió invertir seriamente en el edificio, reconociendo su importancia como símbolo de un patrimonio compartido. La casa (con frente a Gelly y Obes) está identificada con el Reino Unido desde finales de laSegunda Guerra Mundial (fue comprada en 1947 a los herederos de la familia Madero, sus orígenes se remontan a más de un siglo y medio), y como es un magnífico edificio se prestaba al tipo de actividades que queríamos hacer aquí, en un país que es importante como socio. Fue un gran placer poder regresar a esta casa en octubre de 2003, luego de que fuera reparada por arquitectos argentinos y artesanos argentinos con una calidad admirable. Se transformó en un edificio flexible y práctico para organizar conferencias, seminarios, y también como punto de reunión para la colectividad de habla inglesa, no sólo para los diplomáticos. Una de las grandes satisfacciones del último año ha sido la forma de trabajar en colaboración con muchos grupos y personas, en ONG, y en la sociedad civil, que se puso activa después de la crisis. Trajimos muchos conferenciantes del Reino Unido y usamos la residencia como centro de conferencias. Aquí vino la gente a compartir ideas y proyectos acerca de lo que se hace en Europa, y a escuchar lo que sucede en la Argentina. Todos aprendieron de cada ocasión. Por esta casa han pasado miles de personas en el último año. Y así debe ser. Cuando reabrimos la residencia dijimos que queríamos hacer “un lugar de encuentro”. Creo que eso lo logramos.
–Usted estableció también su fama como persona bastante sociable... entre su vida social aquí y sus paseos en motocicleta.
–Cada jefatura de misión es diferente, cada puesto tiene sus diferencias. En algunos países hay mayor oportunidad para un embajador que en otros. Algunas veces está bastante limitado por las circunstancias, porque los países son diferentes. Lo que ha sido maravilloso de la Argentina, y de Buenos Aires en particular, es que es una sociedad muy abierta, donde hay gran interés por las cosas, mucha curiosidad. También hay fuertes valores de familia y de amistad que, francamente, hallé como uno de los grandes recursos de esta sociedad y del país, que son aspectos que me llenan de buenos recuerdos. Todo esto constituye un ambiente muy cálido y me ayudó a conocer a mucha gente, que tratamos de atraer a esta casa. Porque, repito, ésta es la casa de la gente tanto como nuestra. Es parte del patrimonio nacional. Por lo tanto era inevitable que la prensa se interesara por lo que hacíamos aquí y por la forma en que vivíamos. En cuanto a la motocicleta, la traje de Inglaterra y me ha dado un placer enorme. En ella he pasado en la Argentina algunas de las horas más felices de mi vida, explorando este maravilloso país. Espero poder hacerlo otra vez. Mis hijas ya me han dicho que quieren volver lo antes posible. Volveremos como turistas.

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