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“Me parece fantástica esta decisión, porque de alguna manera demuestra que la Justicia funciona en este país, por lo menos en algunos aspectos”, reflexionó el artista plástico León Ferrari, a quien la noticia de la inminente reapertura de su muestra lo encontró en una reunión familiar con hijos, nietos y amigos.
“La verdad, fue bastante inesperado –explicó– porque en principio pensé que se iban a demorar más”. Un tanto sorprendido por la decisión judicial, señaló que antes de hacer una declaración en detalle prefería ver el fallo completo. “Aunque de todos modos ganamos”. Tras la clausura de la muestra, varios amigos le ofrecieron presentarla en una galería privada, pero León Ferrari había insistido en el derecho a mantenerla en un centro público.
“Yo creo que es bueno, y que ganamos porque en algún momento, estuvo esa idea. Si el fallo plantea que hay que mantener el cartel de advertencia en la entrada, me parece bien, el cartelito ya estaba. Con lo único que no hubiera estado de acuerdo era si exigían el retiro de algunas de las obras, porque la semana pasada habían pedido una lista de las obras que estaban expuestas y pensamos que harían algo así. En ese caso no lo hubiera aceptado”.
Para Ferrari, lo que estimuló el debate sobre su muestra no fue tanto la muestra en sí sino las primeras declaraciones del cardenal Jorge Bergoglio que lo declaró blasfemo. “Yo creo que toda esta repercusión surgió a partir de esas declaraciones –afirmó– y de las agresiones que se produjeron en el Centro Recoleta, más que por la muestra en sí”.
En esa polémica hubo expresiones de sectores religiosos y otras del ámbito político. “No entiendo esa reacción de Elisa Carrió en el programa de Mariano Grondona, cuando dijo que era una imbecilidad del gobierno de la ciudad montar esta muestra en ‘tiempos de Adviento’ y cerca de la iglesia del Pilar, donde ella va a rezar” señala Ferrari, molesto. “Mi intención no fue molestar a la iglesia del Pilar, ni a ella, pero me pregunto por qué razón, la Iglesia, que recibe dinero del Estado, puede hacer campañas públicas contra el uso del preservativo, lo cual provoca la muerte de muchas personas, y yo, que también pago mis impuestos, no puedo contestarle desde un lugar público”.
Con respecto a la polémica, indicó que le parece interesante la discusión que se disparó alrededor del Infierno “porque tenemos muchas iglesias promoviendo el castigo al que piensa distinto, usando esa imagen”. Reconoció también con cierta ironía que “muchos amigos me cargaban por esta cuestión que yo planteaba sobre el infierno, les parecía que no era un tema central y resulta que está tan oculto, pero latente, que cuando se lo cuestiona provoca estas reacciones intempestivas”. En ese sentido, recuerda que hace pocos días profanaron tumbas judías y dejaron en las paredes la inscripción “Hijos de Satanás”, que “es la forma como algunos pasajes de la Biblia califican a los judíos”.
“Tengo que hablar con Nora Hobschbaum (la directora del Recoleta) para ver cómo reponemos la muestra”, explica. Cuando la muestra se cerró, debieron retirar dos axolotes, una piraña y tres canarios, que formaban parte de algunas de sus instalaciones y ahora deberán reponerlas, pero también lo preocupaba la organización de la seguridad.