EL PAíS
Hasta el jueves
Por H. V.
El jueves 30 vence el plazo para la oficialización de las listas de candidatos a las elecciones internas partidarias en la provincia de Buenos Aires. Una semana después era la fecha de cierre para las candidaturas nacionales, pero el juez electoral Manuel Blanco le dio una alegría a Felipe Solo y a su operador judicial Eduardo Di Rocco, al disponer que ambas deben unificarse, el 30 de junio. Esto frustra el plan del ex senador Eduardo Duhalde, de confrontar con el gobernador por los cargos provinciales y apoyar a los candidatos nacionales del presidente Néstor Kirchner. Duhalde encomendó a sus asesores que estudiaran una posible apelación a ese fallo. Por su parte, Solo reclamó al gobierno nacional su inclusión en la solicitada de cinco docenas de intendentes bonaerenses en apoyo de la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner.
–¿Querés que aparezca tu firma? –le preguntó su interlocutor en el gobierno nacional.
–No. Me parece que también deberían hacer un reconocimiento al gobernador –respondió el gobernador.
–Entonces vas a tener que hacer otra y juntar las firmas, porque los intendentes que pasan por acá informan su apoyo a Cristina, pero con vos no quieren saber nada.
Solo concedió un reportaje al diario humorístico de negocios que toma muy en serio cada una de sus palabras. Allí dijo que él había reunido las firmas de los intendentes para la solicitada que no se publicó. En la redacción de Barcelona pandió el cúnico. “Eso es competencia desleal”, maldijo su jefe de redacción Daniel Riera.
La división de las listas provinciales en tercios, que cubrirían Kirchner, Solo y Duhalde, fue una idea del gobernador, que Kirchner acogió con placer porque realzaba su centralidad absorbente en la provincia y redimensionaba a los dos capitanejos bonaerenses. Pero tampoco se dedicó con mucho entusiasmo a concretarla, porque lisa y llanamente sabe que por más que agite su lapicera de mando no tiene tantos nombres propios para llenar los cargos en disputa. Es ostensible que cualquiera sea la fórmula, los nombres serán más o menos los mismos. Lo que cambiará será la jefatura que reconozcan. El mejor ejemplo lo constituye el gobernador Solo, quien fue fervoroso cafierista, menemista, duhaldista y kirchnerista, cada cosa en su momento y oportunamente. “Esta es la única batalla que vi en la que los soldados se los robamos al enemigo”, comentó uno de los jefes kirchneristas.
Mientras Duhalde y Solo siguen entregados con entusiasmo a sus escarceos, el gobierno medita quién acompañará a la esposa presidencial en las listas nacionales, en las que sólo tiene injerencia Kirchner. Para el miércoles último estaba prevista una conferencia de prensa en la que la diputada Hilda González de Duhalde anunciaría su apoyo a la senadora Fernández de Kirchner, para contribuir a la victoria que necesita el gobierno. Pero una serie de equívocos en las filas del Hombre de Lomas de Zamora radicado en Montevideo postergaron esa notificación pública de lo decidido. Duhalde pidió a algunos medios amistosos que minimizaran la declaración de su esposa, el jueves 17, cuando dijo que aún existían probabilidades de mantener su candidatura imaginaria. Ante esta solicitud, los medios dieron por hecha la existencia de un acuerdo, cosa que irrita a Kirchner.
El presidente aún evalúa si le conviene ganar con el 60 por ciento de los votos en una sola lista, o por 40 a 15 por ciento contra Duhalde. Hay buenos argumentos en favor de cada hipótesis. Duhalde en cambio no tiene opción: se suma en silencio al Frente para la Victoria o se despide de la escena nacional peléandole el segundo puesto a Ricardo López Murphy. La palabra más alentadora que recibió Duhalde es que después del retiro sin condiciones de La Señora, habría un trato generoso hacia sus amigos, como Jorge Villa- verde, intendente de Almirante Brown con un destacado desempeño en las comisiones de Defensa y de Acuerdos de ambas cámaras, cuyo mandato termina a fin de año. En cambio, el ex senador ya le anunció al ex ministro de Justicia Jorge Casanovas que vaya buscándose otro cobijo. Duhalde viajará mañana a Bolivia y es improbable que el escaso suspenso que resta se disipe antes del jueves.