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Por E. T. y F. Y.

Lázaro (Chiappe) se levantó y anduvo. Medio a los tumbos, pero anduvo. Así llegó hasta el avión Citation, matrícula LVWCS, de la gobernación de Santa Cruz que lo fue a buscar a Corrientes para traerlo hasta el Congreso. Su presencia en el recinto era clave. Con ella, los opositores a la derogación de la Ley de Subversión Económica se imponían por dos votos. Hasta el momento no contaban con la deserción de la legisladora rionegrina Amanda Isidori.
Desde la bancada oficialista surgieron críticas al supuesto dispendio que significó el viaje. Y algunos cronistas radiales adhirieron al argumento banal. “Nada decían cuando los aviones públicos iban de fiesta a Anillaco a llevar gente a festejar cumpleaños, algunos inclusive con una damajuana en la cabeza”, fue la respuesta de la senadora Cristina Fernández de Kirchner al coro crítico. La senadora recordaba una fiesta menemista animada entre otros por el propio Eduardo Duhalde.
A esa altura de la tarde todas las jugadas tenían detrás su intención política. Voceros del oficialismo ponían lo suyo para que la crítica creciera. La propia senadora santacruceña las enfrentó en el recinto: “Lázaro Chiappe viajó en el avión de la provincia de Santa Cruz que se encontraba en Capital Federal, se trasladó a un funcionario público a una sesión pública de un poder público del Estado a evitar que se sancione la impunidad para los que se robaron 66 mil millones de dólares en la República Argentina”, señaló Kirchner.
También puso los puntos en claro de las cifras que desparramaban algunos medios, en especial Radio 10. “La hora de vuelo sale 1200 pesos, bastante menos de lo que se robaron los beneficiados por la derogación de esta ley.”
Prestos aparecieron quienes aseguraban que había fotos de Chiappe subiendo al avión patagónico. Por cierto, resultaba inverosímil que los hombres de la SIDE, comandados por Carlos Soria pudieran mostrar tanta celeridad y eficiencia.
La polémica pretendía eclipsar un dato cabal: que la senadora había realizado una fuerte apuesta política contra la derogación. Movida por la que ya flota la amenaza de expulsarla del bloque legislativo.