EL PAíS › TARIFAS PUBLICAS Y OBRAS DE INFRAESTRUCTURA
“No se necesita una masacre”
En una excepcional aparición pública para hablar de temas macroeconómicos –competencia habitual de su colega del gabinete Roberto Lavagna–, Julio De Vido pronosticó ayer que el próximo año la desocupación bajará a sólo un dígito, prometió que el Gobierno irá alineando las tasas de interés locales con las internacionales y que defenderá a rajatabla el superávit fiscal. Al referirse a un tema que sí es propio de su cartera, el ministro de Planificación también aseguró que las inversiones en infraestructura en servicios públicos se ejecutarán “sin necesidad de masacrar el bolsillo de los consumidores”, descartando subas de tarifas inmediatas y prominentes.
El funcionario focalizó su esmero en desechar cualquier incremento abrupto en el costo de esas prestaciones tras los comicios. De Vido no falta a la verdad, pero omite que ya existen aumentos pautados para algunos servicios, entre ellos gas y electricidad, que comenzarán a regir a partir de 2006, es decir, para el corto plazo.
Para ejemplificar el arribo de inversiones sin necesidad de apelar a ningún tarifazo, el titular de Planificación recordó que se concretó la construcción de “710 kilómetros de gasoducto, la instalación de dos usinas de ciclo combinado y la incorporación de 5 millones de metros cúbicos más de gas en el curso de este año, por lo que se pueden hacer cosas sin necesidad de entrar en la alocada carrera de tarifas y reajustes”.
Aquí también le faltó precisar que la ampliación de los ductos se hizo con un cargo fijo superior al 70 por ciento que pagan los usuarios industriales (y por consiguiente significa un incremento de costos que se traslada al usuario final) y que aquellos ciclos combinados se construirán con recursos del Estado, en la medida en que éste cancele la deuda que asumió con las generadoras como propia para evitar que éstas ajusten sus costos, impactando en el de la distribución y, por consiguiente, en los usuarios finales.
El titular de Planificación hizo una alusión indirecta a ese esfuerzo fiscal cuando destacó que “hemos incrementado la inversión pública en materia de infraestructura desde 2 mil millones de pesos en el 2002 a casi 12 mil millones que vamos a estar ejecutando en el 2006”. Una suba refrendada por las estadísticas y a tono con el espíritu keynesiano que anima a la administración kirchnerista.
Aquella modalidad “ha sido nefasta para la economía argentina y fundamentalmente ha generado distorsiones en los contratos que hoy estamos tratando de recuperar después de 10 años de inequidad, principalmente para el usuario y el consumidor”, subrayó.
De Vido también se refirió a la desocupación destacando que “en estos dos años creamos más de 2,5 millones de puestos de trabajo y redujimos a 10,3 por ciento el índice de desocupación en el último trimestre de este año, lo que significa que estamos a cuatro décimas de estar a un dígito, meta que nos habíamos trazado para el 2006”, sentenció.
Otro dato subrayado por el ministro es que, “si estuvimos creciendo en los últimos años y proyectamos para los próximos un fuerte sendero de expansión, es porque vamos a extremar los recaudos para que la tasa de interés interna se alinee con la internacional”, añadió el funcionario.
Los dichos del ministro fueron pronunciados ayer al inaugurar la Asamblea Anual de la Asociación de Cooperativas Argentinas (CAC) en el Banco de la Nación Argentina.