EL PAíS › LA INTEGRACION DE LAS COMISIONES DEL NUEVO EPISCOPADO
Apuesta al compromiso social
Por Washington Uranga
Con la elección del obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, como titular de la muy importante y estratégica Comisión de Pastoral Social y el nombramiento del obispo de Merlo-Moreno, Fernando Bargalló, como presidente de Cáritas, el Episcopado católico colocó en el manejo de los asuntos sociales de la Iglesia a dos hombres que han demostrado decidido compromiso con los sectores excluidos y de reconocida trayectoria en el terreno de las acciones solidarias. Casaretto viene de presidir con éxito durante dos períodos a Cáritas y Fernando Bargalló, uno de los obispos más jóvenes del Episcopado, era hasta el momento el coordinador de la región Buenos Aires de la misma organización eclesiástica. Con el anuncio realizado por el secretario de prensa, el sacerdote Jorge Oesterheld, de quienes fueron designados al frente de la comisiones especializadas los obispos argentinos completaron la nómina de las autoridades que coordinarán su acciones durante los próximos tres años bajo la presidencia del cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio.
Reforzando la posición de Casaretto en el campo social, la asamblea hizo recaer en él también la condición de asesor de la Comisión de Justicia y Paz, un organismo que si bien se encuentra formado por laicos católicos puede llegar a tener una gran influencia en todo lo relativo a las relaciones entre Iglesia y sociedad. Por otra parte, en la reestructuración de las comisiones episcopales, procedimiento mediante el cual se redujo el número de las mismas y se establecieron áreas de coordinación, la Comisión de Pastoral Social y Cáritas funcionarán en estrecha colaboración. Junto a ellos podrá trabajar también el responsable de la Comisión de Ayuda a las Regiones más Necesitadas, Fernando Maletti, obispo de Bariloche.
Bargalló, el nuevo presidente de Cáritas, nació el 18 de diciembre de 1954, es obispo desde 1994 y primero se desempeñó como auxiliar de Justo Laguna en Morón y luego, cuando se creó la diócesis de Merlo-Moreno, fue nombrado como su primer titular. Desde su designación episcopal ha sido uno de los obispos que más acompañó las acciones y tareas de las organizaciones católicas identificadas con la “opción por los pobres”.
Otro nombramiento importante es el del titular de la Comisión de Fe y Cultura, dado que éste es el organismo que interpreta los aspectos doctrinales y asesora a la Conferencia Episcopal en la materia. En la presidencia de esa comisión fue designado el obispo de San Martín, Guillermo Rodríguez Melgarejo, un hombre de posiciones progresistas que se desempeñó también como secretario general del Episcopado hasta junio del 2003. La elección de Rodríguez Melgarejo resulta doblemente significativa porque implica una seria derrota del ultraconservador arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, quien aspiraba a ocupar esa posición e hizo numerosos movimientos en su grupo de influencia para lograr los votos necesarios, hecho que finalmente no pudo concretar.
En general se muestra un panorama de renovación en las cabezas de las comisiones episcopales, con el ingreso de obispos más jóvenes o recientemente nombrados en cargos de importancia. Es el caso de Carlos Franzini, obispo de Rafaela, quien estará a cargo de la Comisión de Ministerios, de Guillermo Garlatti, arzobispo de Bahía Blanca, en Educación y de Virginio Bressanelli, obispo de Comodoro Rivadavia, en Vida Consagrada. En Laicos y Familia se eligió a Juan Martínez, obispo de Posadas, en Asuntos Económicos al titular de Mendoza, José María Arancibia; en Liturgia al arzobispo de San Juan, Alfonso Delgado, y en Pastoral Aborigen al obispo de Neuquén, Marcelo Melani, quien ha demostrado una decidida vocación de trabajo junto a los pueblos originarios. En Comunicación Social fue ratificado por un segundo período el arzobispo de Paraná, Mario Maulión, y en Catequesis y Pastoral Bíblica se designó al nuevo obispo de Morón, Guillermo Eichhorn.