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En la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados, la aprobación del proyecto sobre educación sexual en los colegios iba sobre ruedas y con eso se daba un paso fundamental para su tratamiento en el recinto antes de fin de año. Sin embargo, la sesión tuvo que ser interrumpida por “el desborde” que se produjo, según palabras de la titular de la comisión, la duhaldista Silvia Martínez, provocado por grupos conservadores denominados “familias autoconvocadas”, que agredieron de palabra a los legisladores y distribuyeron panfletos con planteos fundamentalistas: “No queremos que se promueva la homosexualidad en los niños”, decía uno de los volantes. La diputada Juliana Marino, de la Comisión de Educación, que ya aprobó el dictamen, estimó que la iniciativa seguirá su marcha, a pesar de lo ocurrido. Marino coincidió con la Iglesia en la necesidad de una discusión amplia sobre el tema, pero recordó que “una subcomisión desde hace un año viene conversando con distintos sectores”.
Marino insistió en que “los que dicen que no se discutió, se equivocan”, pero al mismo tiempo cuestionó que “esos mismos sectores, en lugar de apelar al diálogo, vengan a la Cámara a gritar, a agredir de palabra y no a discutir en los términos que corresponde”. Los ruidosos manifestantes aseguraron representar “a la mayoría” de los padres de la Capital Federal, aunque fueron encabezados por el titular de la Democracia Cristiana, Carlos Traboulsi, quien sólo obtuvo el 0,28 por ciento de los votos en las últimas elecciones. Lo que más llamó la atención fue el contenido alarmista de los panfletos que distribuyeron.
Uno de ellos, bajo el título “Educación Sexual o Acoso Sexual”, se manifestaba en contra de supuestos contenidos que, por cierto, no figuraron nunca en la discusión legislativa y que, por lo tanto, jamás podrían formar parte del dictamen aprobado. “No queremos a los fabricantes de anticonceptivos en las escuelas. No queremos que se promueva la homosexualidad en los niños. Nuestros hijos son nuestros y no del Estado”. Traboulsi amenazó con promover “acciones judiciales contra el accionar” de los legisladores de las comisiones que aprueben el proyecto.
En medio del debate, la titular del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, María Elena Nadeo, informó que en el ámbito de la Capital Federal se vienen realizando, desde hace tres años, talleres de sexualidad y género del que han participado 59.699 adolescentes de primero y segundo año de la escuela secundaria, 6717 docentes y 3296 padres. “La mayoría de los padres está de acuerdo con la iniciativa, que consiste en trabajar sobre prevención de la violencia, roles e interacción entre hombres y mujeres, igualdad y diversidad, sexualidad y prevención del embarazo”.
En Diputados, la sesión de la Comisión de Familia, Niñez y Adolescencia fue interrumpida por el desorden. “Nunca habíamos trabajado con esta brutal presión”, dijo la diputada Silvia Martínez, al justificar la suspensión de las deliberaciones. El dictamen de la Comisión de Educación fue respaldado por diputados del oficialismo, del socialismo, del ARI y de fuerzas de izquierda. El informe sostiene que la ley parte de una concepción integral de la persona “como ser biológico, psicológico, social y espiritual”, lo que implica el tratamiento de temas vinculados “no sólo a la sexualidad sino a razones éticas y filosóficas”.
A través de la iniciativa se creará el Programa Nacional para la Educación Sexual, destinado a alumnos del nivel inicial, educación básica, Polimodal, educación técnica, educación especial, adultos e institutos superiores de formación docente. El Ministerio de Educación coordinará la definición de los ejes básicos con el Consejo Federal de Cultura y Educación. Se tomarán como base las convenciones sobre los Derechos del Niño y sobre Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer.