EL PAíS
OTRAS VOCES
- Horacio Ballester, presidente de la Comisión de Militares para la Democracia (Cemida): “Me parece que el hecho de que la nueva titular de Defensa sea mujer no tiene por qué repercutir de ninguna forma. Se trata de una luchadora perfectamente capacitada para desempeñarse en el cargo y eso no tiene por qué incomodar a nadie. Acá lo primordial, lo que todos deberíamos plantearnos, es cómo seguir de ahora en más. Estamos ante una necesidad urgente de cambiar el modelo en el que se enmarcan las Fuerzas Armadas, actualmente al servicio de Estados Unidos. Hay que separarse de la Junta Interamericana de Defensa. Hay que dejar de mandar efectivos a Haití y terminar con políticas que no hacen más que afianzar la Doctrina de Seguridad Nacional. Y en este sentido, cabe destacar el hecho de que Nilda Garré viene de un país (por Venezuela) donde las Fuerzas Armadas protagonizaron un cambio. Hay que entender: las Fuerzas Armadas deben estar para la seguridad exterior y no para tareas policíacas. Y si, por estas cuestiones, el nombramiento de Garré genera desacuerdo en las tres fuerzas, convengamos que un golpe de Estado no van a poder hacer. Hoy no cuentan con el mismo apoyo. En ese caso, sólo les quedará la resignación”.
- Rubén Giustiniani, senador nacional por el Partido Socialista: “Conozco a Nilda Garré desde hace muchísimos años y la considero una dirigente política destacada, que seguramente desempeñará un muy buen papel en el Ministerio de Defensa. Su gestión significará una profundización de los lazos militares con el Mercosur ampliado. En este caso, los recientes ejercicios conjuntos con Chile forman parte de un camino a consolidar en la medida en que las Fuerzas Armadas insertas en el sistema democrático deben también profundizar cambios internos como la eliminación de los anacronismos”.
- Marita Perceval, Presidenta de la Comisión de Defensa del Senado: “Su desempeño como embajadora en Venezuela tal vez favorezca una política integradora en materia de seguridad. Esto involucra, por un lado, el trabajar sobre los recursos estratégicos. Pero al hablar de cooperación y complementariedad no sólo me refiero a los acuerdos entre los países de la región. En este sentido, implica promover un sistema de defensa que integre las distintas instancias de la sociedad civil, como un nuevo paso para avanzar en el sistema democrático. Y el nombramiento de Garré hay que pensarlo en línea con las políticas que viene implementando el Presidente, en favor de una reestructuración de las Fuerzas Armadas. Cabe destacar: la construcción de una democracia real excede por sí sola la cuestión de la inserción mujeril. En este sentido, la militancia de Garré en favor de los derechos humanos también debe leerse como parte de este discurso en clave de igualdad y avance democrático. La desmilitarización es una instancia de la democracia real, donde el Presidente es el que ejerce la jefatura dentro de las Fuerzas Armadas. Respecto de cómo puede llegar a incidir el pasado de militancia de Garré –que yo compartí– en la relación con las Fuerzas Armadas, me pregunto por qué, así como nos adjudican ser setentistas, no nos mencionan como noventistas, ya que durante esa década participamos en política y ocupamos cargos. Claro, no fuimos alcahuetes del neoliberalismo sino que nos preocupamos por construir un espacio renovador. Hoy nos volvemos a encontrar para seguir con ese proyecto”.
- Elsa Bruzzone, especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional: “En diciembre del año pasado se graduó como pilotos de combate la primera camada de mujeres. Se trató de tres chicas que, gracias a las reformas implementadas años atrás, pudieron ingresar a la Fuerza Aérea. Este es tan sólo un ejemplo de que ha habido avances dentro de las Fuerzas Armadas en favor de la igualdad de género. Ahora, en nuestro país este dato es novedoso, no así en otros países del mundo. Si nos remontamos a la Segunda Guerra Mundial recordamos a las aviadoras soviéticas, que por su desempeño en el aire tuvieron el apodo de las “guerreras de la noche”. Asimismo, de este lado hubo muchas mujeres que lucharon en la Guerra de la Independencia. Pensemos en Juana Azurduy o la coronela Manuela Sáenz, compañera de Bolívar. ¿Por qué entonces surge ahora tanta expectativa ante la presencia de una mujer en el ministerio? Creo que hay muchos factores que analizar, pero lo importante de remarcar acá es que todos estos ejemplos muestran que la capacidad no se trata de una cuestión de género. Y la presencia de Garré –esperemos– entra en línea con ese discurso”.