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La mayoría de los encuestadores coincide en que el cambio de ministros será percibido por la opinión pública con cierta ansiedad e incertidumbre, sobre todo por la salida de Roberto Lavagna, el ministro mejor evaluado. Al mismo tiempo, el ciudadano común irá viendo que se trata de un cambio profundo. El nuevo gabinete es considerado por los consultores como más transversal, más de centroizquierda y menos peronista. Prevén, a la vez, que se percibirá como una fuerte concentración del poder presidencial en momentos en que los desafíos incluyen la inflación, la distribución de la riqueza, la relación con el FMI y la elección de aliados estratégicos en el campo internacional.
- Hugo Haime, de Haime y Asociados: “El Presidente decidió homogeneizar políticamente el gabinete. Luego de ganar las elecciones, pone realmente en marcha una fuerza de centroizquierda que, de hecho, estará frente a una fuerza de centroderecha. Al mismo tiempo, toma él mismo el comando de la economía. Son dos desafíos fuertes. Desde el punto de vista de la política, es una redefinición fundante porque el peronismo incluía los distintos polos. En la Argentina no venimos con el esquema centroizquierda vs. centroderecha, esto es algo nuevo. Desde el punto de vista económico, Kirchner sale a decir que él tiene las ideas y las medidas para avanzar en ese terreno. Estamos hablando de la inflación, las alianzas económicas estratégicas, la conflictividad social, la redistribución de la riqueza, la generación de inversiones. Es una agenda fuerte y difícil, pero Kirchner decidió avanzar sobre ella tomando él mismo el control”.
- Enrique Zuleta Puceiro, de OPSM: “Kirchner antepone el ejercicio de la autoridad a cualquier otra cosa. Y lo hace, en primer lugar, en el área más sensible: la economía. En concreto echó a Lavagna porque la relación se había tornado insostenible y el ministro tuvo que aceptar su despido. La segunda movida importante es la designación de Nilda Garré en Defensa. Es otra muestra de autoridad presidencial. Se vienen las citaciones de militares por la causa del Primer Cuerpo de Ejército, del Tercer Cuerpo de Ejército, Margarita Belén y otros casos de violaciones de derechos humanos. Ante ese panorama pone al frente del ministerio a una militante, pero también a una jurista fuerte, con buen vínculo con el ámbito judicial. El resultado de los cambios es un sistema más concentrado, sin voces autónomas en los ministerios. Se parece a la forma en la que se gobierna en las provincias. No es un gobierno a la europea, donde los ministros reflejan los componentes de una alianza, ni un gobierno a la norteamericana, donde se reflejan los poderosos grupos empresarios o las organizaciones no gubernamentales”.
- Manuel Mora y Araujo, de Ipsos-Mora y Araujo: “Hay que esperar. A primera vista, el hecho de que se vaya Lavagna no indica un cambio de política, pero habrá que verificar si eso es así o no. Las señales pueden ser explícitas y es muy probable que la inflación sea el tema número uno. ¿Estamos ante un cambio de fondo? Es prematuro decirlo, no lo sabemos. Kirchner concentra poder porque obviamente Lavagna era un ministro fuerte, con cierta autonomía. Desde ya que en la opinión pública va a haber cierta inquietud, porque había confianza en Lavagna”.
- Rosendo Fraga, del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría: “Este es un gabinete que tiene más transversalidad que peronismo. Y es un gabinete más K que antes, donde el Presidente tiene más peso. La salida de Lavagna tiene, a mi juicio, más desventajas que ventajas. Tenía buena imagen interna, credibilidad externa y una buena gestión económica. Pero él marcó los tiempos de su salida, porque fue el único ministro que no participó de la campaña electoral, hizo una declaración estridente ante los empresarios de la construcción y fue al coloquio de IDEA. Todo eso era intolerable para un presidente como Kirchner. La desventaja es que ahora el primer mandatario perdió un fusible. Si las iniciativas económicas no van bien, va a pagar más costos que antes. Pero, bueno, estamos en la Argentina donde no siempre ocurre la lógica y con frecuencia sucede lo improbable”.
- Analía Del Franco: “Desde el punto de vista de la opinión pública, lo importante es si se va a generar una situación de ansiedad o vulnerabilidad. Se va el funcionario mejor evaluado. Pero el ciudadano común ha visto que Kirchner siempre se involucró en la cuestión económica, que marcaba el paso en la relación con los organismos internacionales y también hacia adentro en cuestiones como la inflación. Eso hace que la ansiedad o la vulnerabilidad se reduzcan. Además, Lavagna se va en un recambio más general del gabinete y en un momento en que Kirchner está fuerte por el resultado electoral. La gente también percibe que el cambio se da por roces e internas y no porque se viene una política económica distinta. De todos modos, se necesita una buena explicación oficial sobre el sentido del cambio, que desdramatice el reemplazo del ministro”.