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Los movimientos en Cancillería no cesan. Es una etapa de cambios y, más allá de las marchas y contramarchas que impuso el ex canciller Rafael Bielsa, hay aún una serie de cargos importantes por designar. Una vez nombrado el diplomático de carrera Roberto García Moritán como vicecanciller (ver pág. 6), quedan pendientes puestos de relevancia en varias embajadas. Una de ellas es la vacante en Caracas, Venezuela, vacía tras el nombramiento de la última embajadora, Nilda Garré, como ministra de Defensa. Quien podría reemplazarla sería el embajador Adolfo Saracho, un diplomático de carrera que goza de la confianza del presidente Néstor Kirchner. La designación del funcionario sería, además, una señal de que la gestión en ciernes tendría más continuidad para el gobierno de Hugo Chávez, habida cuenta del corto lapso en que se desempeñó como representante argentina la ex embajadora Garré.