EL PAíS
Un camino alternativo
Brukman y Zanon son los ejemplos más difundidos pero no los únicos. Panificación Cinco, La Baskonia, Renacer, el Ingenio La Esperanza, Palmar, Roby, son parte del mismo fenómeno: los obreros no se resignan, ocupan las empresas y toman en sus manos la producción. En las dos primeras se puso en marcha el control y la gestión obrera directa reclamando la estatización sin pago de las deudas de los patrones. En las otras se elige el camino de las cooperativas. En ambos casos, los trabajadores demuestran que pueden conducir las empresas poniendo en duda que la propiedad privada sea la única forma de la producción. En Zanon y Brukman el salario no está sujeto a ningún compromiso de pago de deudas patronales, sino a las necesidades de los trabajadores y sus familias. En Zanon los obreros lograron mantener el sueldo promedio e hicieron realidad la consigna “igual trabajo igual salario”. En ambos casos, los obreros aspiran a que el Estado expropie sin pago esas empresas, exigiéndole que garantice la inversión tecnológica y el presupuesto necesario para el pleno funcionamiento productivo, sin resignar el derecho a que sean los trabajadores quienes controlen y administren la producción. Aunque en la década del 70 la desocupación no llegaba a los dos dígitos y los cierres de empresas no eran moneda corriente, hubo varios ejemplos de control obrero de la producción. La planta de General Motors de Barracas, Astilleros Astarsa y Petroquímica Sudamericana son algunos de ellos. Pero sin duda en petroquímicos PASA durante 1974 ocurrió una de las experiencias más ricas de la clase obrera de Rosario y del país.