EL PAíS
Homenajes y chiflidos
Por M. P.
Poco después de que Víctor De Gennaro terminara su discurso –una exposición muy conceptual que exaltó la autonomía y el rol histórico de la clase trabajadora– llegó el momento de los homenajes. La idea era que un dirigente de cada provincia recibiera una placa por su lucha contra la dictadura. Cuando llegó el turno de los asentamientos de Solano, que se produjeron en 1981 en plena dictadura, Luis D’Elía tomó el micrófono. En ese momento se escucharon los únicos silbidos de la tarde. D’Elía seguía hablando pero De Gennaro tomó otro micrófono y llamó a una votación poco común: dijo que quienes estaban a favor del “autoritarismo del abucheo o chiflido” levantaran la mano. Nadie la levantó. “¿Vieron? Con la democracia se arreglan estas cosas”, dijo. Luego se escuchó el discurso de Guy Rider, el secretario general de la Ciosl una de las dos confederaciones que agrupan a las centrales sindicales del mundo. La presencia de Rider era muy esperada por la dirección de la CTA: la Ciosl es la confederación a la que está afiliada la CGT, contra la que De Gennaro y compañía libran una batalla por la democracia sindical.