El canciller Jorge Taiana comenzará hoy también sus actividades, en las que tiene previsto realizar nada menos que quince reuniones bilaterales. Hoy, por ejemplo, se vera con el italiano Massimo D’Alema para organizar el encuentro de mañana entre Néstor Kirchner y Romano Prodi. Taiana se reunirá, obviamente por separado, con la canciller de Israel y con el del Líbano. El canciller argentino aseguraba ayer que había sido muy productivo su viaje a Alemania. “Hay un nuevo interés en la región. Buenos Aires se está poniendo de moda”, aseguraba. O se esperanzaba.

- - -

Taiana adelantó que el miércoles hará una presentación junto al canciller de Francia, Philippe Douste Blazy, para impulsar la aprobación de la Convención sobre la Desaparición Forzada de Personas. Este instrumento no sólo califica la desaparición de personas como un crimen de lesa humanidad, sino que obliga a los países miembros a prevenirlo y sancionarlo. En junio pasado, el proyecto fue aprobado en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Ahora tiene que aprobarlo la Asamblea.

- - -

Las condiciones atléticas del radical K Julio Cobos se están convirtiendo en un clásico de los viajes presidenciales. En la Cumbre de Viena, compartió una hora corriendo a la par del Presidente en las cintas. Ayer, en cambio, decidió aprovechar la espléndida mañana para correr por el Central Park. Esta vez, su compañero fue el rionegrino Miguel Angel Pichetto, pero el nivel de entrenamiento indicó una amplia diferencia a favor del mendocino. “Ganó la concertación”, debió conceder Pichetto, que abandonó a los diez minutos de carrera.

- - -

No es común que Kirchner y su esposa decidan llevar a un viaje al exterior a su hija Florencia como hicieron en esta ocasión. La chica fue la primera en descender de la escalerilla del avión en el JFK. Por la tarde, quiso salir a mirar vidrieras cerca del hotel, pero el periplo no le resultó bien. Los fotógrafos que cubren la gira la encontraron en un local de marca deportiva junto a una amiga, le empezaron a sacar fotos y ella salió a paso apurado cubriéndose el rostro. Luego se subió a una camioneta que la esperaba frente al hotel y partió hacia otro rumbo más tranquilo.