“La legítima defensa se usa para justificar las ejecuciones de pibes, por eso es importante que el tribunal se haya metido a fondo para determinar que en este caso no se dio esa situación”, aseguró a Página/12 el abogado Alejandro Bois, representante de las familias Ramírez y Salas. Su colega Paula Squassi admitió que esperaban penas más duras, pero destacó que, al menos, serán sin morigeración. “Dadas las circunstancias de saqueo y violencia que había ese día, es muy importante esta condena. No sé si estoy contenta o triste, me siento extraña, pero con la tranquilidad de que hicimos todo lo que pudimos”, agregó.

Los defensores del empresario Mazzi y su custodio habían argumentado que la “turba” actuó de manera ilícita y que hubo psicosis de ambos lados. “El único frente de fuego partió de los imputados”, destacaron los jueces en la sentencia. En otro párrafo de las consideraciones referida al estallido, el tribunal apuntó que el estado de sitio que había decretado el ex presidente Fernando de la Rúa no debió ser sinónimo de “facultades ilimitadas”, como el avasallamiento de la vida de las personas. Y aludió a los “cacerolazos” en los sectores medios y a los saqueos en las zonas periféricas como “reacción directa contra los ricos”.

En tal sentido, citó al historiador inglés Eric Hobsbawm, para quien el proceder de estas “turbas” son “manifestaciones de la ira popular, formas permitidas de protesta”, y en ese marco deben ser consideradas. Bois explicó a este diario que fue el razonamiento contrario al de la defensa, que había llegado a expresar que los manifestantes eran “bárbaros a los que había que reprimir”. Según su punto de vista, en el juicio quedó en claro que los imputados “se contagiaron de la impunidad que venía desde arriba y actuaron pensando que no les iba a pasar nada”. Y a modo de ejemplo, relató que mientras estuvo prófugo, Mazzi hacía declaraciones exclusivas por Canal 26 “desde la clandestinidad”.

Luego de estudiar el fallo seguramente lo apelarán respecto de las penas. “Los jueces le dieron a Ma-zzi una pena que está en el medio de la escala, que va de 8 a 25. En cuanto a Joulie, como no era el único que tenía ese tipo de calibre, es una culpa repartida, la del homicidio en agresión o en riña”, explicó el letrado. “No es que la víctima haya participado en pelea alguna, esta calificación se debe a que fueron muchos los que dispararon”, completó Squassi. Página/12 quiso saber qué pasó con las armas. “No fueron secuestradas en el lugar, algunas de las que podrían haber sido utilizadas aparecieron en la casa de Ma-zzi, donde también había elementos para limpiarlas, parecía una armería”, describió Bois. Por eso recalcó que lo sucedido fue algo diferente a “comerciantes contra gente”.