EL PAíS › POR JORGE KIRSZEMBAUM*
Lo que hizo la DAIA
La comunidad judía de Carmen de Areco nos manifestó que se sentía molesta, angustiada por la actuación de un grupo que llevaba a Hitler en su denominación. Ese solo hecho, la angustia de una comunidad judía, tiene que ver con el papel de la DAIA: preservar los derechos de esa comunidad. También a nosotros como institución nos molesta que utilicen el nombre del genocida para impactar al público. ¿Dónde está la línea entre libertad de expresión y la conducta delictiva discriminatoria? Cuando se avanza sobre los derechos de los demás, en este caso de una comunidad, ese sector de la sociedad se siente avasallado, ahí se cruza la línea. Es cierto en que hay ocasiones en que el nombre de Hitler es neutro, como en un texto de historia. Pero difundir actividades artísticas con un nombre que significa asesinatos de una comunidad, avasalla los derechos. En verdad, nosotros no hicimos una denuncia judicial. Nos dirigimos al Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) y al intendente de Carmen de Areco. Según parece, el INADI le trasladó el caso a la Justicia. Es posible que un juez considere que no hay delito, que no encaje en un tipo penal, pero en ese caso debo decir que no estoy de acuerdo con ese criterio judicial. Si hay una intención de conmover al público –y digo conmover en sentido negativo– ya implica una conducta discriminatoria y por lo tanto delictiva.
* Vicepresidente y director del Departamento Legal de la DAIA.