Martes, 17 de julio de 2007 | Hoy
Marijuán pidió la indagatoria de Miceli por incumplimiento de los deberes de funcionario. El juez Rafecas esperaría que vuelva Servini.
Por Alejandra Dandan
Una bolsa de papel madera, una percha y el placard de un baño parecen haber terminado con la ministra. El fiscal Guillermo Marijuán armó una hipótesis de lo que sucedió el último 5 de junio con la bolsa de papel que contenía los fajos de billetes en el baño de la funcionaria. Pidió la indagatoria para Felisa Miceli por supuesto incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento. Aunque los indicios no le alcanzaron para más, habló en su escrito de “dinero espurio” y de que ella lo escondió porque “no pudo o no quiso mostrarles a sus asistentes el dinero”. El juez Daniel Rafecas –a cargo provisoriamente de la causa– tiene el pedido desde ayer en sus manos, pero dejará la delicada situación en manos de María Romilda Servini de Cubría. La jueza natural del expediente no está en Buenos Aires pero volverá la semana que viene.
El dictamen firmado por el fiscal contiene elementos para entender lo que sucedió con la bolsa de la ex ministra durante aquel día. A lo largo de 56 carillas, Marijuán reconstruyó a través de testimonios y documentos una hipótesis de la ruta del dinero que terminó en el despacho de Miceli. Con esos datos, plantea nuevos canales de investigación y pidió indagatorias a tres policías por el episodio del acta labrada por el hallazgo, que luego terminó en manos de Miceli.
Los policías son el comisario Jorge Faris, de la División Seguridad y Custodia del Ministerio de Economía. También para José Antonio Hanna y Carlos Enrique Quinteros.
La causa que lleva el fiscal estuvo apuntalada por dos denuncias. De un lado, el abogado Miguel Bootelo se hizo eco de una información periodística que relató el episodio de la bolsa en el baño personal de la ministra. Allí se habló además de la desaparición del acta. Por otra parte, la causa recogió una denuncia de la Unidad de Información Financiera a cargo del fiscal Manuel Garrido que alude a una hipótesis del lavado del dinero, una línea que aún no se pudo demostrar.
Hasta este momento, tanto la ministra como los policías están convocados por incumplimiento de autoridad, de los deberes de funcionario y encubrimiento. No sólo por –dijo Marijuán sobre la ministra– “la tenencia dentro de su exclusiva esfera de custodia, de la suma de 100 mil pesos y 31.670 dólares”, a su entender “fondos estos de origen espurios”. Sino “por haber tenido una activa participación en la sustracción del acta original labrada por personal de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal el 5 de junio”.
En la última semana la pesquisa aportó un dato para determinar la ruta del dinero: la intervención de la financiera Cuenca Cooperativa Limitada como parte de la operación que partió del Banco Central y terminó en el despacho de Miceli, una línea que investiga posibles depósitos “fantasma” (ver recuadro).
Marijuán reconstruyó así el hallazgo del dinero:
- De acuerdo con las pruebas recogidas, los episodios del 5 de junio de 2007 a las 6.40 cuando el subinspector Patricio Palo, del Departamento Brigada de Explosivos de la Federal, partió junto al cabo Carlos Isaías para hacer las inspecciones habituales en el Ministerio de Economía y la Embajada de Israel. Pocos minutos después, entre las 6.45 y las 7.15, entraron a Balcarce 136 y subieron por ascensor al 5º piso donde está el despacho de Miceli. Allí, los recibió el señor miguel Angel Lezcano –empleado del Ministerio y mayordomo– quien posee una tarjeta magnética e intransferible que franquea el acceso al despacho.
- La revisión es realizada desde hace años en el despacho de quien encabeza el Ministerio, explica el fiscal. En ese tiempo, los policías hacen un relevamiento ocular de todos los lugares donde podrían ponerse artefactos explosivos, como muebles, sillones, placares, cajas y demás.
- Aquel 5 de junio, cuando Lezcano abrió la puerta de la ministra, los brigadistas entraron a la zona restringida. El oficial Palo se dirigió al despacho de Miceli mientras que Isaías ingresó al baño. A esta altura cabe aclarar –dice el fiscal– que se trata de un baño que utiliza únicamente la titular del ministerio, a escasos metros del lugar.
- En el interior del baño, Isaías revisó la mesada, el vanitory, las paredes, los productos de limpieza, el inodoro, el bidet y finalmente un armario que estaba sin llave. En el interior vio entre otras cosas, una percha con una bolsa de papel madera colgada en el barral interior. Le llamó la atención porque parecía tener algo en su interior. Miró dentro de la bolsa y vio algo parecido a unos billetes. Sin descolgarla, llamó al oficial Palo que de inmediato ingresó en compañía de Lezcano. Palo decidió descolgar la bolsa y poner su contenido sobre la mesada de mármol del vanitory. Era dinero en pesos y dólares.
De allí en adelante, Marijuán reconstruyó los pasos de unos y otros para dejar sentado lo que habían visto o, por el contrario, evitarlo. Eran 100 mil pesos embalados en un plástico transparente cerrado al vacío, con un número de serie y de lote del Banco Central, como se demostró más tarde. Y 31.679 dólares que contaron en ese momento. Varios opinaron sobre qué hacer o no con el dinero. El fiscal nombró al mayordomo, los dos policías Isaías y Palo, a María Elina Guchea la empleada administrativa y dos secretarias de Miceli. En ese contexto, del Departamento de Policía le habrían dicho a Palo que labrara el acta con la entrega de valores, discriminando el tipo de monedas. Ese acta ahora es central en la causa.
El lote de 100 mil pesos que apareció en el baño de Felisa Miceli llevaba un número de serie (38057 Bco.30) que permitió su identificación. Guillermo Marijuán inspeccionó la semana pasada el Banco Central y determinó que la partida no había salido directo para el Ministerio de Economía sino que había partido el 21 de mayo a la Caja de Crédito Cuenca Cooperativa Limitada con el camión Nro. 930 de Juncadella Prosegur. Con esos datos, pidió un informe a Cuenca para saber si una persona física o jurídica sacó 100 mil pesos o un importe superior en los siguientes 15 días. “Y lo averiguado es lapidario”, dijo el fiscal. La ministra había dicho que el dinero se lo había prestado su hermano, pero el informe no lo demostró. No sólo ella no registró operaciones, no la tuvo su hermano Horacio Rafael, ni sus empresas Wierhom Pharma SA ni Flugel Aviación SRL. “Tampoco se registra movimiento de 100 mil pesos o superior registrada por persona alguna”. Por eso, dijo, “tenemos entonces a partir de aquí que, al menos, el Lote 38057 conteniendo los cien mil pesos ($ 100.000) que tenía la ministra llegaron a su poder por afuera de una operación financiera legal, regular y debidamente registrada, que cuente, además, con su correspondiente respaldo documental”. A su criterio, las circunstancias constituyen “la sospecha suficiente de que la nombrada encubrió con la tenencia del dinero hallado en el interior del baño de su despacho en el Ministerio de Economía y Producción de la Nación, el origen espurio del mismo”. En un aparte, menciona una investigación previa que examina antecedentes turbios en la financiera.
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