Se sabe que al matrimonio Kirchner no le gusta que le marquen los tiempos. Pero esta vez los tiempos se los impusieron sus propios hombres, que dejaron trascender recelos y desconfianzas internas. La solución –habrá que ver si salomónica– fue adelantar el anuncio del gabinete que acompañará a CFK. Esa iba a ser la prioridad del Gobierno, cuando se supo del extraño accidente que había sufrido el vicejefe de Gabinete, Jorge Rivas. El episodio alteró los nervios de la Rosada, pero no detuvo la ola de versiones sobre los nombres que ocuparán los ministerios a partir del 10 de diciembre. “A Cristina le falta resolver sólo dos temas. Lo demás ya está”, adelantó a Página/12 un ministro que ya sabe que seguirá en su cargo. Lo que ya está decidido, pudo saber este diario, es que el recambio no será drástico: cinco ministros permanecerán en sus puestos, otro quedará en Balcarce 50 pero en otra cartera. Las novedades están reservadas a Educación, Salud y, tras el affaire Peirano, Economía. También habría cambios en las embajadas en Estados Unidos y Francia. La gran incógnita sigue siendo qué pasará en Planificación.

Anoche, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, seguía reunido con el Presidente y la mandataria electa en el despacho presidencial. Eran las 22, habían pasado varias horas encerrados en el primer piso de la Rosada. Era una señal del vértigo de la jornada, que había empezado con las noticias del incidente sufrido por Rivas y con versiones del inminente anuncio del gabinete en los diarios. Entre los nombres para la nueva etapa hay algunos que no sorprenderán a nadie. Son aquellos que quedarán en su función actual, lo que será leído como una muestra de conformidad con su desempeño. Se trata de Fernández, Jorge Taiana (Cancillería), Carlos Tomada (Trabajo), Alicia Kirchner (Desarrollo Social), Carlos Zannini (Legal y Técnica) y Oscar Parrilli (Secretaría General).

La permanencia de esos nombres en esos ministerios ya se da como un hecho en el Gobierno. Sería coherente con el consejo que recibieron de los asesores de Michelle Bachelet, quien se propuso iniciar su mandato con una impronta personal y cambió muchos nombres de la gestión de su antecesor, Ricardo Lagos. La falta de experiencia más la implementación del nuevo transporte público de la capital hicieron caer la imagen de la presidenta chilena. Aquí decidieron tener en cuenta el consejo. Hasta hace unos días, el ministro Miguel Peirano formaba parte de ese lote. Economista reconocido por sus colegas y referente del sector industrialista, su perfil coincidía con lo que CFK buscaba para el primer tramo de su gestión.

Todo cambió cuando desde las mismas usinas del Gobierno hicieron trascender que Peirano estaba disconforme con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Eso puso a su cartera en la lista de los ministerios que cambiarán de manos. Allí también figuran Educación –Daniel Filmus asumirá en el Senado, desde donde intentará convertirse en la cara de oposición a Mauricio Macri–, Interior y Salud. También habrá novedades en la SIDE y en dos de las principales embajadas argentinas en el Exterior: Estados Unidos y Francia (cuya importancia política creció con la asunción del francés Dominique Strauss-Kahn en el FMI).

En Educación venían sonando dos especialistas ligados a Filmus, su viceministro Juan Carlos Tedesco y el ex ministro de Educación porteño Alberto Sileoni. En los últimos días se sumó para ese lugar la secretaria de Cultura del gobierno porteño, Silvia Fajre. En Interior ya es un hecho la salida de Aníbal Fernández, quien tendría asegurada su permanencia en el Gobierno: sería nombrado en Defensa. La vacante en Interior sería ocupada por el actual titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga, y Florencio Randazzo como segundo. La interventora del PAMI, Graciela Ocaña, asumiría en Salud. Para hacerlo debería renunciar a su banca como senadora y la reemplazaría el senador suplente electo en 2005, Eric Calcagno, hoy embajador en París. Ese enroque sería clave para que la Rosada pueda completar el movimiento: se comenta que Felipe Solá podría ir como embajador a Francia. En Estados Unidos habría un reescalonamiento: el cónsul Héctor Timerman subiría como embajador para suceder a José Octavio Bordón, aunque tampoco se descarta que sea Solá quien vaya a Washington.