El futuro de Telecom Argentina es cada vez más incierto desde que su principal accionista se asoció con Telefónica de España. El lunes, el presidente de la empresa, Carlos Felices, dejó abierta la posibilidad de iniciar acciones legales contra los españoles si su accionar le llega a provocar algún daño a la firma. Así buscó mostrarse al margen de la operación europea. Sin embargo, puertas adentro la realidad es otra. Página/12 informó el lunes que un grupo de abogados de Telefónica llegará al país en los próximos días para analizar de qué manera ingresarán en su principal competidor local. Telefónica de Argentina desmintió la noticia, pero en Telecom saben que el desembarco es inminente y algunos directivos dan por descontado que serán desplazados. En la reunión de directorio del último jueves discutieron hasta cerca de la medianoche para ver cómo reflejaban la situación actual en el balance trimestral.

Según fuentes que participaron de la reunión, las diferencias surgieron porque los tres directores que responden al Grupo Werthein se manifestaron a favor de informar a los accionistas con el mayor detalle posible lo que está ocurriendo, mientras que los tres que representan a los italianos prefirieron mantener distancia respecto de la operación para mostrar que ésta no los afectará. Ese contrapunto se viene dando desde que se conoció la operación europea y estalló públicamente en agosto cuando el vicepresidente de la firma, Gerardo Werthein, denunció que el ingreso de Telefónica de España ya había condicionado la toma de decisiones de la filial local, pese a que por entonces todavía no se había cerrado el acuerdo en Europa. El saldo de esa disputa quedó expresado en el balance que la firma presentó el lunes a última hora en la Bolsa de Comercio. La continuidad de los directivos es una de las principales incógnitas. Telefónica de España compró la empresa Olimpia, accionista mayoritario y controlante de Telecom Italia, la cual es titular del 50 por ciento de las acciones de Telecom Argentina. Esa operación supondría el cambio de algunos directores de la filial. Los españoles niegan que la operación implique una toma de control y prometieron no interferir ni participar en el directorio. De ese modo, buscan evitar que el Gobierno le exija a Telecom Italia desprenderse de su participación en su homónima argentina para evitar un virtual monopolio de las telecomunicaciones. Sin embargo, algunos directores ya se ven con un pie afuera.

Oscar Carlos Cristianci es uno de ellos. Este contador público ingresó a Telecom como director en diciembre de 2003 de la mano de la italiana Pirelli, firma donde antes se había desempeñado durante treinta años llegando a ser director para América latina. Pirelli se acaba de retirar como accionista de Telecom Italia luego de venderle la empresa Olimpia a Telefónica, tal como lo confirmó el 31 de octubre en una carta enviada a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Por lo tanto, Cristianci sabe que sus días en la firma están contados. Una alternativa es presentar su salida como una simple jubilación, pues el pasado 27 de septiembre el ejecutivo cumplió 65 años.

Los otros dos hombres que representan a los italianos (Carlos Felices y Eduardo Garrido) es probable que intenten seguir, pero la decisión no está en sus manos. El Gobierno será el encargado de decidir en los próximos meses si Telecom Italia sigue siendo el principal accionista o deberá cederle su lugar a otras empresas que están en la fila esperando su oportunidad.