EL PAíS › LA LLEGADA DEL AÑO NUEVO EN EL AVION PRESIDENCIAL

Pan dulce a bordo del Tango

 Por Fernando Cibeira

El brindis se hizo según el horario argentino, pese a que en ese momento el Tango 01 ingresaba en territorio peruano. Néstor Kirchner recibió el año a bordo del avión presidencial, brindando con los funcionarios y periodistas que lo acompañaron durante su gestión en Colombia. En Córdoba se bifurcaron los senderos: la comitiva hizo un trasbordo para seguir viaje a Buenos Aires mientras que Kirchner continuó hasta El Calafate, donde ayer temprano se reencontró con la presidenta Cristina Fernández y con sus hijos Máximo y Florencia.

Cuando la comisión de garantes que encabezó Kirchner resolvió que seguiría su gestión más allá del 31, se hicieron los arreglos: se reservó lugar en un restaurante de Villavicencio para el festejo conjunto. Pero luego todo cambió en cuestión de horas y Kirchner no dudó en dar la orden de partir la noche del último día del año. La salida fue a eso de las 22, lo que obligó a una cena a toda prisa para llegar al brindis con lo justo. Se descorcharon algunas botellas de champagne, hubo pan dulce y frutas secas.

La situación era tan inusual que no hubo quien se resistiera a registrarlo en una foto. Kirchner debió posar con casi todos los pasajeros del avión. También el canciller Jorge Taiana fue muy requerido.

Pasadas las 12, algunos aprovecharon las comodidades del avión presidencial para hablar por teléfono con sus familias. También el ex presidente recibió saludos. Después de atender el llamado habló un poco de su familia. “Era mi hija, Florencia. Ya está grande, pensar que siempre fue la que me acompañó a votar. Me salieron distintos. Ella tomó la comunión, está confirmada, todo. Máximo, el más grande, es todo lo contrario: no quiere saber nada con la religión.”

Luego contó un poco también de su madre, María Juana, de 86 años, a quien tiene internada porque se fracturó la cadera en una caída. “Siempre la quise traer a Buenos Aires pero ella no quiere saber nada. No le gusta Olivos, ve muchos custodios y me pregunta: ‘¿Y esto qué es?’ Ella es un roble, pero ya está grande.” En las conversaciones post brindis se encontró con gente que vivía en La Plata. “Es hermosa La Plata, pero no puedo volver más. Me trae muchos recuerdos de compañeros que ya no están. En cada lugar me trae recuerdos de alguien”, recordó sus años de militancia universitaria.

Fue una trasnoche rara, con cruce de buenos deseos a diez mil metros de altura. Quien primero recostó su asiento fue Taiana. Luego Kirchner pasó a su habitación. No había mucho tiempo para descansar porque el Tango aterrizó en Córdoba a eso de las 4 de la mañana. El canciller y el resto hicieron trasbordo al Tango 02. La llegada a Aeroparque fue a eso de las 6.30, con la Costanera y sus alrededores repletos de jóvenes que salían de festejar.

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