Miércoles, 28 de mayo de 2008 | Hoy
ESPECIALES › ARTEBA´08 > FERRARI, NOé, NIGRO, REP Y UN MURAL PARA PáGINA/12
Páginal12 presenta en la Feria ArteBA’08 un mural de casi seis metros de largo por dos metros cincuenta de alto, realizado a cuatro manos por cuatro grandes: León Ferrari, Luis Felipe Noé, Adolfo Nigro y Miguel Rep. Durante varios días los cuatro pintaron al unísono esta obra que sin dudas será uno de los puntos altos de interés de la Feria.
Por Fabián Lebenglik
No es común que artistas consagrados como León Ferrari, Luis Felipe Noé y Adolfo Nigro y que un dibujante e historietista como Rep se reúnan para pintar un mural colectivo, a cuatro manos. Es inusual porque pocos artistas están dispuestos a ceder algo de su poética, de su estética, de su estilo, para sumarse a una obra realizada en común. Por iniciativa de Página|12 los cuatro aceptaron la invitación amistosa con completo entusiasmo.
Cuatro generaciones distintas, cuatro estilos diferentes, pero con una larga amistad común, Ferrari, Noé, Nigro y Rep terminaron de pintar el mural la tarde del sábado último, 24 de mayo, y conversaron sobre la experiencia:
Nigro: –El último día de la Feria del Libro, cuando se estaba desmontando el stand que Página|12 tenía ahí, la gente del diario nos preguntó, un poco a modo de consulta, “¿Qué hacemos para el stand que vamos a tener en la Feria ArteBA...?” “Te hago un mural”, contesté inmediatamente. Con Miguel Rep estábamos planeando hace tiempo hacer una obra conjunta. Yuyo [Noé] lo planteó también. Y esto a mí me interesaba desde la admiración que tengo por el grupo COBRA, integrado por Asger Jorn, Constant, Karel Appel, Pierre Alechinsky y Jean Atlan. Ellos desde fines de la década del cuarenta y comienzos de la del cincuenta hacían obras colectivas. Siempre me interesó hacer algo en común con otros artistas. Y con Yuyo, León y Rep me une la amistad y la admiración, empezando [aquí Nigro mira a Ferrari y a Noé] por la admiración a los mayores. Entonces surgió esto: “Convoquémonos todos”.
Ferrari: –La primera reunión se hizo en mi casa, con vino, por supuesto, donde enseguida nos pusimos de acuerdo en todo y en donar el dinero de la venta o el remate del mural a un hospital público para que puedan comprar aparatos, lo que necesiten. El mural lo pintamos en Página|12, que es un lugar muy lindo, con una hermosa vista a los árboles y a la plaza.
Rep: –También hablamos del punto de partida del mural. Yuyo dijo: “Ya que todos trabajamos con la línea, hagamos algo con la línea.”
Nigro: –Los cuatro nos manejamos con el dibujo, entonces partimos del dibujo.
Noé: –Decidimos usar cuatro paneles, dos blancos y dos negros, y dibujar con negro sobre los paneles blancos y con blanco sobre los paneles negros.
Rep: –Empezó León transcribiendo a su manera la carta de los intelectuales sobre el conflicto del campo con el Gobierno.
Ferrari: –Rep empezó a dibujar una ciudad. Después fuimos modificando todo.
Noé: –Fuimos modificando por ejemplo los grafismos espesos de León... que escribió casi todo el cuadro... [risas de los cuatro] Yo lo recibía a León con un peine y entonces iba peinando sus grafismos. Y quedó algo muy interesante, porque debajo de la pintura peinada persisten los grafismos de Léon.
Ferrari: –Continuábamos uno la línea del otro. Son encuentros.
Noé: –Algo así como una mezcla de una sesión de jazz y un jardín de infantes. Improvisación y juego.
Ferrari: –En realidad todos me seguían bastante bien [risas].
Nigro: –La orientación fue de Léon.
Ferrari: –Para los más jóvenes poner el cuerpo es más fácil. Para los más viejitos es más complicado.
Noé: –El que comenzó pintando elementos de la ciudad fue Rep.
Rep: –Pero al tener el mural muchos lenguajes y muchos materiales, fue cambiando. Y aquí no hay personas.
Noé: –Yo siempre pongo caritas pero aquí no puse ninguna. Hay sí un perro-dragón “doméstico” que yo pinté al costado... ése es el único ser vivo de todo el mural.
Rep: –Yo estuve tratando de ensamblarme con los demás. Hicimos un cuarteto. Sentí mucha generosidad de los maestros. Todos renunciaban a su narcisismo... salvo León, que dirigía desde el “púlpito”.
[Durante la realización Ferrari se sentaba a unos metros del mural y daba indicaciones].
Nigro: – Una cosa curiosa es que todos trabajábamos cerca de la obra, muy concentrados y nunca vimos la totalidad. Estuvimos enfocados en el fragmento.
Noé: –En 1965 hice la exposición Noé más experiencias colectivas, con mucha gente. Después hice obras con varios: León, Carpani, Colombres, entre otros. Hicimos carteles en épocas de militancia durante los años setenta... Ahora es la militancia de los setenta años años de edad [risas]. Es otra militancia. Ultimamente con Stupía hicimos “Dos no hacen uno” y lo expuse en 2006 en una muestra en la galería Rubbers. Allí cada uno hacía algo por vez, en su casa. Un sistema distinto de hacer obra conjunta pero no simultáneamente. También lo hicimos con la artista rosarina María Suardi, con quien tenemos una tía en común. Ella hizo ahora una exposición en Parque España y presentamos una obra en homenaje a esta tía. La hicimos con el mismo método que la obra conjunta con Stupía.
Nigro: –Como saben yo viví mucho años en Montevideo y en el Taller de Torres García hacíamos trabajos en común, sin firma. Tapices, cerámicas... Nos distribuimos tareas y cada uno se encargaba de alguna parte o detalle de la pieza. Eran obras colectivas. Los viejos alumnos de Torres firmaban con la sigla “TTG” (Taller Torres García). En la historia del arte recuerdo por ejemplo cuando Braque y Picasso no firmaban, durante el período del cubismo analítico, por afinidad con las culturas de Oceanía y africanas.
Rep: –Es que al no haber boceto trabajamos desde el detalle.
Noé: –En la obra individual, cada uno de nosotros sabe cómo empieza y cómo continúa, en la medida en que la va haciendo. Al ser cuatro pasa lo mismo y lo curioso es que sin hablar sobre lo que hacíamos nos fuimos entendiendo. Uno tal vez pueda haber pensado “yo en ese espacio hubiese hecho otra cosa”, pero luego las partes, las distintas intervenciones, se van atando una a otra.
Rep: –Es cierto, no hablábamos de la obra.
Nigro: –Hablamos sí de otras cosas.... Yo a veces dibujaba con la mano izquierda.
Rep: –Vos siempre fuiste medio zurdito [risas].
Noé: –La altura de Rep era algo que nos venía muy bien...
Rep: –Yo estoy muy familiarizado con el trabajo del mural. Hice quince murales, pero éste fue el que más disfruté...
Noé: –Yo admiro los murales de Miguel. Tiene un gran sentido del espacio. Aquí tuvo que adaptarse al conjunto. Teníamos un límite de espacio y nos propusimos “nutrir” ese espacio. Algunos podrían criticar que nos comimos demasiado el espacio.
Ferrari: –No, no... faltó pintar un pedacito arriba a la izquierda en un panel blanco [risas].
Noé: –León creía que yo lo corregía, pero yo peinaba sus grafismos. Se ve en el mural que queda la base de sus grafismos, algo muy delicado.
Ferrari: –Fue una colaboración casi íntima...
Ferrari: Yo sí vi la totalidad.
Rep: Porque vos sos dios [risas].
Rep: –Yo en el mural veo un gran pedazo de vida. Pero si tenemos que hablar del conflicto entre la ciudad y el campo, digo que el mural es la ciudad.
Noé: –Y... La pampa no es... [risas]
Nigro: –El primer día, cuando tuvimos una larga sesión de trabajo.... esa vez fue todo en blanco y negro.
Noé: –León trajo el primer color.
Rep: –A partir de allí surgió el color.
Noé: –Como empezamos en blanco y negro –líneas negras sobre blanco y líneas blancas sobre negro...– allí fuimos progresivamente atándonos. León empezó con la lógica del color y hoy, el último día, yo no dibujé... sólo apliqué color por todas partes. Y todos poníamos cada vez más color. A mí me parece que la obra es deliciosamente imperfecta. Eso es lindo. Nos divertimos mucho.
Ferrari: –¿Imperfecta?... ¡Lo mío es perfecto! [risas].
Rep: –Una obra colectiva nunca termina. Allí está lo imperfecto. No hay final.
Noé: –A mí me gusta “Desconcierto sinfónico”. Porque debíamos concertar algo pero al mismo tiempo nos desconcertábamos.
Ferrari: –A mí me gusta “Preludio”, porque es algo que comienza pero no se sabe dónde termina.
Noé: –Puede ser “Preludio de un desconcierto sinfónico”.
Rep: –Es demasiado largo.
Nigro: –Puede quedar “Desconcierto” solo.
Rep: –Entonces puede ser “Bep bop”... Y si tuviéramos que elegir un instrumento de una jam session, ¿cuál hubiera elegido cada uno? Yo sería el piano.
Ferrari: –Para mí el saxofón.
Nigro: –Yo la batería. ¿Y vos, Yuyo?
Noé: –Yo soy muy malo con la música, con los instrumentos.
Nigro: –Pero tenés que elegir uno...
Noé: –Entonces elegiría también la batería.
Nigro: –Sí. Queremos hacer unas diez telas entre los cuatro, a lo largo de un año.
Yuyo: –Yo sigo pensando en el título, en algo que lo defina y personalmente creo que lo que lo define es la diversión, porque me divertí mucho. Y también creo que todos aprendimos mucho.
Rep: –Yo aprendí mucho de los tres maestros.
Ferrari: –Yo aprendí muchas cosas... pero también enseñé muchas [risas].
Nigro: –Para mí fue establecer un diálogo con amigos y compañeros y sumar mi lenguaje al de ellos.
Ferrari: –Lo bueno es haber salido del artista solo.
Noé: –Cuando estábamos con el grupo, a mediados de los años sesenta, compartíamos taller. En el acto compartido se aprende mucho y además es muy divertido. Deira, que era abogado, llegaba a las 6 de la tarde y llegaba harto, malhumorado y con muchas ganas de pintar. Entraba al taller golpeando la puerta. Yo siempre usaba todos los pinceles, y como a él no le gustaba que yo le usara sus pinceles, cuando él golpeaba la puerta yo trataba rápidamente de acomodar y limpiar los pinceles un poco, pero él se daba cuenta, se enojaba. De ira estaba tan enojado que agarraba el pincel y se estrellaba contra el cuadro. Tenía tantas ganas de pintar que un día decidió pintar de espaldas y los demás le íbamos diciendo “más arriba”, “más a la izquierda”, cosas así... y el cuadro salió muy bien. Son experiencias del trabajo en común.
Ferrari: –A mí no me angustia.
Rep: –El tiempo de entrega es la verdadera musa.
Noé: –No sé los demás... pero yo soy hijo del rigor. A mí las fechas y los límites de tiempo me ayudan.
Noé: –Yo no creo que puedan reconocernos los demás. Pero mirando con detenimiento hay cosas obvias: la escritura de León, los grafismos de Nigro; Rep y lo urbano...
Rep: –Y todo lo demás es obviamente de Yuyo... [Risas]
Noé: –No, no, yo no creo eso. Porque no hay imagen.
Nigro: –La presencia de Noé en el mural es como un soplo.
Rep: –Yo reconozco más la mano de los demás que la mía.
Nigro: –Es que uno se pierde.
Noé: –Todos hemos hecho un trabajo minucioso que yo no esperaba, con muchas cosas chiquitas.
Rep: –Yo creo que si sacás fotos de cada sección... encontrás siempre algo.
Noé: –Lo más interesante es la totalidad. Y volviendo a lo de perfecto–imperfecto, hay un solo fragmento impecable, en el medio, un poco abajo, cuando se junta el blanco con el negro de fondo, hay una imagen con unas diferencias entre un campo y otro, que es perfecta.
Noé: –Es lo terrible de la experiencia del caos, porque siempre se cae en la simetría.
Nigro: –Yo trabajo con simetrías.
Rep: –El mural es el encuentro entre un trabajador del caos como Yuyo y un trabajador de las simetrías, como Nigro. Aquí nos entendimos. Fue el placer del hacer. Está hecho entre amigos. Nos entregamos sin competir.
Nigro: –Fue hecho también con un grupo de amigos que nos veía trabajar.
Noé: –Todo se puede reducir a que fue una gran alegría de crear. Y pienso en otra palabra que tal vez defina el mural: es una escritura...
Ferrari: ¿Terminamos acá?
Noé: –Sí... yo me quiero ir a dormir la siesta.
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