En materia agrícola, el incumplimiento de las reglas no es patrimonio de pequeños productores. Entre las solicitudes de exportación rechazadas en los últimos 40 días por la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario, en granos y carnes, figuran dos que corresponden a grandes operadores en cada uno de estos rubros: la cerealera Cargill y Frigorífico Rioplatense. Y no se trata de errores formales en la presentación, sino de incumplimientos impositivos o información errónea suministrada sobre la real capacidad de almacenamiento. Por otra parte, está pendiente un reclamo que hizo la Oncca a la industria aceitera para que “devuelva” 124 millones de pesos que habría cobrado en compensaciones “mal calculadas”. La mayor parte de esa cifra fue a manos de Aceitera General Deheza, Nidera, Molinos Río de la Plata y Molinos Cañuelas. Y hay más.

Sobre el total de operaciones de exportación de carnes que se presentaron solicitando autorización previa en los últimos 40 días, fue rechazado el 13 por ciento. Según la Oncca, en todos los casos cuestionados se verificaron “incumplimientos de fondo”, no simplemente formales. En el caso mencionado de Rioplatense, se le objetó haber declarado una capacidad de almacenamiento distinto a la que realmente se verificó. Este requisito es parte de las obligaciones que exige la Oncca para garantizar el abastecimiento interno: le obliga a reservar un stock para el mercado interno equivalente al 75 por ciento de aquella capacidad de almacenamiento y se la autoriza a exportar el resto de sus existencias. Mediante el manejo de la capacidad declarada –manifestaba distintos tonelajes de una semana a otra, según incluyera o no plantas de enfriamiento alquiladas–, la firma buscaba acceder a autorizaciones de exportación por volúmenes superiores a los que le correspondían.

Pocos días atrás, se reabrió el registro de exportaciones de trigo para autorizar ventas por 100 mil toneladas con destino a Brasil. Se presentaron 50 pedidos de permisos, de los cuales se rechazaron 22. Entre ellos, uno de Cargill, por deudas impositivas.

“Gran parte de los que se presentan, lo hacen pensando que están en regla, porque están acostumbrados a que el trámite consistía en tirar los papeles sobre el escritorio y retirarlos sellados, pero ya no es así”, comentó a este diario una fuente del organismo de control. “Nadie debería exportar si no cumple con los parámetros de garantía al abastecimiento interno y con el compromiso de estar en regla con sus obligaciones tributarias, de seguridad social, normas sanitarias y otras”, agregó la misma fuente.

La gestión de Ricardo Echegaray al frente de la Oncca, inaugurada hace 40 días, también está abocada a la investigación de otras presuntas irregularidades. Una de ellas está referida a la operatoria entre grupos empresarios, en la que se sospecha que podrían estar presentándose “ventas de trigo al molino armadas para cobrar las compensaciones”. La investigación apunta a verificar si no se trata de operaciones ficticias, para recibir compensaciones por compras jamás realizadas, o si son operaciones internas de un mismo conglomerado productor-molinero, que podrían estar inflando el precio para evadir el impuesto a las ganancias (al declararlo como mayores costos).

El mismo organismo, la Oncca, denunció un par de semanas atrás que algunas de las principales industrias aceiteras del país habían cobrado compensaciones indebidas por 124 millones de pesos. A partir de hoy, el Ministerio de Economía debería emitir un dictamen pronunciándose sobre la liquidación de dichas compensaciones, ya que según la Oncca se violó lo dispuesto por una resolución de dicha cartera. El caso podría tener otras derivaciones: además de exigir la devolución del dinero al erario, se abriría sumario sobre los funcionarios que practicaron la liquidación, a quienes se sospecha vinculados al sector beneficiado, según quienes tuvieron acceso a los primeros resultados de la investigación.

Los grandes exportadores, ya sea de carnes, de granos o de aceite, pese a que son sobre los que supuestamente recaen las retenciones, son los grandes ausentes en el debate político del momento en torno de ese gravamen. Pero no están indefensos: otros salen a dar la cara en el conflicto para cuidar los intereses de aquellas grandes corporaciones.