ESPECTáCULOS › “VERTIGO”, EL NUEVO ESPECIAL DE DAVID BLAINE
El mago que juega al límite
Saltó a la fama con el boca a boca en las calles de Nueva York y es una celebridad de la cultura afroamericana. En el especial televisivo que emite HBO, puso a prueba su resistencia física: estuvo parado durante 35 horas sin comer beber ni dormir.
Por Esteban Pintos
El primer superhéroe del siglo XXI es negro, tiene 29 años, exhibe tatuajes con una imagen de Maquiavelo y la réplica de un cuadro de Dalí (entre otros), es amigo personal de Leonardo DisCaprio y Donald Trump, y fue capaz de pasar siete días y siete noches dentro de un ataúd bajo tierra, aguantar 62 horas atrapado en dos bloques de hielo y, como última extrema prueba de supervivencia, permanecer de pie –sin comer, beber, dormir ni sentarse– durante 35 horas en un pilar de 50,8 cm de diámetro ubicado a 27,5 metros de altura. Cuando ingresaba en la hora 36, casi con sus piernas y brazos inmovilizados, se arrojó a una plataforma hecha de cajas de cartón corrugado y... salió vivo. El primer superhéroe del siglo XXI se llama David Blaine y, tal como aseguran los medios masivos de comunicación que amplifican sus pruebas de resistencia y trucos varios, es un mago. Pero es mucho más que eso. “Es muy bueno para la gente creer en lo imposible. Eso hace que tengan esperanza”, le dijo al escritor y periodista Glen David Gold en un artículo de tapa publicado en la revista dominical del diario The New York Times. Allí mismo, Gold afirmó: “En cierto modo, la gente realmente cree que Blaine hace milagros”. Para todos aquellos que todavía creen en los milagros y/o los superhéroes, el especial “David Blaine: Vértigo” que emitirá la señal premiun HBO el próximo jueves al mediodía resulta la prueba más contundente al respecto.
Blaine, junto a Timbaland, Chris Rock, RZA y Allen Iverson, por citar algunos negros exitosos del momento, es claro emergente de la cultura hip hop, una cultura que supera largamente el género musical e influye decisivamente en la producción cultural y en la industria del entretenimiento de la América blanca. En una escena del especial, un afroamericano hecho y derecho –ropa tres talles más grande, discman clavado en la sien, andar cadencioso, zapatillas de básquetbol de 100 dólares– dice “David es real”. La palabra “real”, en este contexto, es lo que es. Real es verdadero, Blaine es verdadero. Paradójico: alguien que hace del engaño y la destreza un arte es real, verdadero.
En “Vértigo”, el mago negro protagonista de una reciente publicidad sobre un nuevo modelo de auto (“ahora lo ves, ahora no lo ves”, era el slogan) se pone a prueba siguiendo una práctica de protesta del siglo V, realizada por los ascetas o ermitaños del pilar. El más famoso de ellos fue San Simeon, “Simón del desierto”, quien peregrinó por el desierto de Siria para proceder a pararse sobre pilares situados cada vez más alto. Su objetivo: protestar por “la decadencia de nuestro tiempo”. Según explica el mismo Blaine –cuyas lecturas favoritas saltan de Uri Geller a Klaus Kinski, pasando por la Biblia y The catcher in the Rye–, San Simeon consideraba que así llegaba más cerca de Dios. “Esta es mi manera de enfrentar el miedo y usar la magia como performance, porque la única manera de derrotar el miedo es enfrentándolo directamente”, justifica.
En el programa que emitirá HBO, cuyo eje central es la permanencia sobre un pilar situado en el céntrico
Bryant Park de Manhattan, Blaine concreta otras pruebas en donde combina fantasía, disciplina, habilidad física y poder mental. A saber: 1) traspasa una vidriera con su mano, 2) se traga una pequeña serpiente, 3) rompe una copa de vino sin tocarla, 4) atraviesa madera con un clavo con la fuerza de una mano, 5) cierra una lata abierta de Coca Cola, vuelve a abrirla y se bebe la gaseosa.
El impacto visual de sus trucos (¿deberían llamarse trucos, verdaderamente?) convierte este especial televisivo que la cadena ABC puso en el aire el miércoles 22 de mayo de este año a las 10 de la noche, es una demostración contundente de sus poderes. En donde no se descarta el sufrimiento. Dijo Blaine citando a San Simeon: “cuánto más sufre el cuerpo, más florece el espíritu”. Justamente lo que Blaine busca es borrar la línea demarcatoria que impondría la palabra “magia”, coinciden todos aquellos que se acercaron al fenómeno. Lo suyo parece querer superar esos límites y apuntar más allá. Con sus pruebas de resistencia, tanto como sus trucos de cartas –algunos de ellos cuestionados técnicamente por suspropios colegas–, busca provocar en sus espectadores el interrogante de hasta dónde puede llegar un ser humano. “Como Houdini”, suele justificar.
Blaine nació en Brooklyn, Nueva York, el 4 de abril de 1973 y según él mismo se encarga de contar (la historia oficial), realizó su primer truco “de magia” a los 4 años en una estación de subte de la ciudad. A los 17 años, se mudó a Manhattan y se procuró algunos papeles menores en telenovelas y series de televisión. Su carrera profesional comenzó actuando en fiestas donde cautivó a una platea de celebridades entre las que figuraban Al Pacino, Robert De Niro, Jack Nicholson, David Geffen, Madonna y Mike Tyson. El suyo fue un típico fenómeno “boca a boca”, porque además de sus apariciones VIP solía practicar sus trucos en la calle. Una declaración suya ilustra el sentido que tienen las palabras “real” y “calle”. El mago real, de la calle, dijo: “Admiro a Uri Geller, Orson Welles y Jesucristo, todos tenían magia. Jesucristo fue un profeta, pero también uno de los más grandes magos que hayan pisado la Tierra. Yo también trato de hacer magia con moral. Cuando era un pibe solía robar en tiendas tipo Macy’s para repartir la ropa en el ghetto. Como si fuera un moderno Robin Hood”. Uno de sus tempranos admiradores, un productor de la ABC, le pidió un video con algunos de los mejores momentos de su acto. El video resultó: el 14 de septiembre de 1997 se emitió el especial David Blaine: Street magic y allí se inició una carrera a la cual el adjetivo “asombrosa” le cabe perfectamente. “Mi magia es para todos, desde los pibes de la calle al presidente”, declaró. Literalmente su franja de público va de la calle a la Casa Blanca: como otras tantas estrellas del mundo del espectáculo frecuentó a Bill Clinton. Algunas veces, sin embargo, la crudeza de su magia provoca situaciones entre dramáticas y graciosas. “Una mujer se hizo en los pantalones, una vez... Fue gracioso: se ve por televisión, parece que le agarra un paro cardíaco. Mis hermanos suelen bailar alrededor cuando hago un truco, la gente blanca suele asustarse y/o conmoverse. Una vez le mostré mi truco a un equipo de fútbol americano, no sabés... Esos tipos sí que se asustaron. La mitad del equipo salió corriendo, la otra mitad permaneció inmóvil. Parecía mentira, pero esos tipos que miden dos metros y pesan 130 kilos tenían miedo.”