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La casi totalidad de los dirigentes de izquierda y centroizquierda argentina votarían hoy a Luiz Inácio Lula da Silva, aunque esgrimen razones distintas. La mayoría considera que se trata de un paso adelante para la izquierda, que entorpece los planes norteamericanos, auspicia la rebelión y los movimientos sociales. Hasta allí llegan los acuerdos. Cuando se evalúa la decisión de Lula de designar un vicepresidente empresario, José Alencar del Partido Liberal, se desata la polémica: algunos sostienen que es un paso positivo y audaz y, sobre todo, que el empresariado brasileño no es igual que el argentino. Allá son productivistas –dicen–, acá se llevan el dinero para vivir de rentas. Otros dirigentes consideran que de ninguna manera llevarían a un empresario como candidato a vicepresidente porque sería más de lo mismo. En la misma tónica, una parte de los referentes sostiene que, como propone Lula, negociar con el FMI no tiene nada de malo en tanto y en cuanto el contenido de la negociación sea positivo, en cambio otros no se mueven de la postura de que hay que romper con el Fondo.
Por último, también parece haber una coincidencia en que el esquema de un partido como el Partido de los Trabajadores (PT), con corrientes internas muy disímiles, no puede ser trasplantado a la Argentina. La primera razón es que no ven que en el país haya un poderoso sector del movimiento obrero industrial que quiera conformar un partido de izquierda y tampoco hay una franja de la Iglesia que, como en el Brasil de los curas del Tercer Mundo, hayan hecho un aporte decisivo en la creación del PT. Los referentes de la izquierda y centroizquierda argentina proponen modelos de desarrollo distintos.
Ante la consulta de Página/12, respondieron la dirigente y diputada del ARI Elisa Carrió, el referente y también diputado de Autodeterminación y Libertad Luis Zamora, el diputado del Frepaso Darío Alessandro, el diputado del Partido Socialista Oscar González, la dirigente y legisladora porteña del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) Vilma Ripoll, el referente y diputado porteño del Partido Comunista Patricio Echegaray, y el líder del Partido Obrero y legislador porteño Jorge Altamira.