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Tita fue despedida como un mito, entre ovaciones

Los restos de Tita Merello descansan desde ayer en un panteón de SADAIC, luego de una jornada de intensa emoción. El cortejo recorrió San Telmo, la Fundación Favaloro y la avenida Corrientes, antes de llegar a la Chacarita.

El último adiós a Tita Merello se desarrolló ayer en el cementerio de la Chacarita, frente a varios centenares de personas que le tributaron una larga ovación. Antes de eso, sus restos fueron conducidos por algunos sitios de Buenos Aires que inevitablemente están ligados a su vida. Todo comenzó por la mañana, en la iglesia de San Pedro Telmo, donde se ofició un responso por su eterno descanso. Allí Tita, que nació en un departamento del barrio, en Defensa y pasaje San Lorenzo, recibió su bautismo hace 98 años. En la iglesia se encontraban el actor Osvaldo Miranda, el artista Eduardo Bergara Leumann, el modisto Ante Garmaz, el compositor Ben Molar, y el secretario de Cultura de la Nación, Rubén Stella. Fueron las únicas figuras conocidas que se vieron en la iglesia y que luego participaron del cortejo fúnebre.
El oficio religioso –en cuyo transcurso una persona retiró la etiqueta sobre una palma de flores que rezaba “Sonia y Domingo Cavallo”–, estuvo a cargo del sacerdote Ernesto Salvia, quien fue amigo y confesor de la actriz y cantante. “Quisiera desde esta palabra de Dios recién proclamada, iluminar, alimentar y sostener a toda la patria, a toda nuestra ciudad y a toda esta asamblea hoy reunida en San Telmo que extrañará la voz de una mujer fuerte e inolvidable, porque su fe cristiana y católica, su compromiso con la paz y la reconciliación de todos los argentinos, ha agigantado su figura”, señaló el párroco desde el púlpito. En el interior de la iglesia, los restos de Tita permanecieron flanqueados por soldados del Regimiento de Patricios y rodeados de ofrendas florales y público en general.
Tras la ceremonia, el cortejo fúnebre que abarcaba más de una cuadra de extensión, pasó frente a la Fundación Favaloro, en la avenida Belgrano casi Callao, donde se detuvo unos minutos. Allí se escuchó también el aplauso del personal sanitario que acompañó los últimos días de la vida de la actriz y cantante. Luego, la caravana se detuvo frente a Corrientes 1312, donde se levantó un monolito que recuerda el conventillo donde Tita Merello vivió su adolescencia, y tras rodear el Obelisco llegó al cementerio de la Chacarita, donde la aguardaba una multitud.
Allí había muchos seguidores pero pocas personalidades ligadas al tango –a excepción del compositor Ben Molar y el poeta Miguel Mosquera Montaña–, quienes le tributaron el último homenaje. Los cientos de seguidores arrojaron flores al féretro que fue transportado por miembros del Regimiento de Patricios, y la vivaron reiteradamente. Luego cantaron el Himno Nacional, un corneta de Patricios hizo el tradicional toque de silencio, tras lo cual se depositaron los restos —que serían cremados— en el Panteón de SADAIC.

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En el cementerio, una multitud despidió a la cantante y actriz.
 
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