ESPECTáCULOS
Un mapa en el que se dibujan los distintos territorios del tango
El festival convoca a más de 150 artistas. Hoy Gerardo Gandini hará sus Postangos y Ultratango se internará en la electrónica.
Por Karina Micheletto
Con más de ciento cincuenta artistas participando en esta edición, el Festival Buenos Aires Tango resulta un buen termómetro para medir el estado en el que se encuentra el género en la actualidad, y el abanico de posibilidades estéticas y musicales que tiene para ofrecer. Programaciones como la de hoy resultan claros ejemplos de esta amplitud: está Gerardo Gandini con sus Postangos, esas improvisaciones a partir de tangos clásicos, desestructurados armónicamente a piacere por un músico de formación clásica. Y también Ultratango, una propuesta que funde el tango con samplers y sintetizadores. Ayer estuvo Gustavo Beytelmann, también con un repertorio de improvisaciones basadas en standars del tango (volverá a presentarse el viernes próximo). Y otros tangueros electrónicos como Carlos Libedinsky o los rosarinos San Telmo Lounge completan el panorama cercano a los scratchs. De uno y otro lado del abanico, los tangueros de hoy conviven como pueden: a veces son una gran familia y otras se miran desconfiadamente de reojo.
Gustavo Beytelmann recorrió un amplio camino musical que fue desde la música contemporánea, el jazz, el rock y la música de películas, y en ese camino siempre estuvo vinculado con el tango. Durante años integró la orquesta de Leopoldo Federico, pero también incursionó en propuestas menos ortodoxas. En los ‘80, junto al bandoneonista Juan José Mosalini y el contrabajista francés Patrice Caratini, conformó, durante más de una década, uno de los grupos más importantes del tango realizado en Europa. Allí encaró tangos clásicos y composiciones propias con nuevos arreglos y procesos armónicos inusuales para el género. Más tarde enfrentó tangos con sonidos electroacústicos, y también formó parte de Gotan Project, la primera experiencia de tango electrónico en el mundo. Claro que no fue su primer coqueteo hacia otras fuentes desde el tango: a fines de los ‘70 formó parte del Octeto Eléctrico con el que Piazzolla intentó un fugaz acercamiento al rock y al jazz.
Para Beytelmann, la apertura del género es natural y saludable, sea para el lado de la música clásica o contemporánea o para el lado de la electrónica. “El tango guarda una potencialidad enorme que todavía hay que descubrir, seguir haciendo experiencia. Y en este punto no hay que tener miedo a equivocarse”, razona el músico. “En eso va también una parte del futuro de esta música: no tiene que ser lo que la gente espera de ella, sino lo que ella puede proponer a la gente.”
Gerardo Gandini tiene, en cambio, una postura diferente respecto de mixturas que suenan extrañas para el género: “El tango electrónico no me gusta en absoluto, nada”, dice tajante, y da por terminada la cuestión. “Ni siquiera me detengo a pensar si es tango o no, esa discusión es absurda.” Respecto de la apertura que se verifica en el género en la actualidad, Gandini también tiene una postura clara: “El tango se pobló de nuevas propuestas. Algunas son sinceras, de tipos a los que les gusta el tango. Otras tienen más que ver con el oportunismo, de tipos a los que les interesa el negocio, y podrían hacer eso o cualquier otra cosa. Por suerte, hay mayor cantidad de las primeras”, explica.
Del lado del tango electrónico, el acercamiento suele darse a la inversa, en un camino que llega hacia el tango desde otros universos.
Los hermanos Leo y Gastón Satragno, integrantes de Ultratango e hijos de Raúl Lavié, comenzaron por el lado del tecno, con el grupo El Signo. En Ultratango, aunque tienen algunos temas propios, abrevan fundamentalmente en la obra de Piazzolla. San Telmo Lounge reúne tango, jazz y música electrónica. Y Carlos Libedinsky, por su parte, define su disco Narcotango como “un abrazo profundo entre el tango y la atmósfera musical electrónica de nuestro tiempo”. Ese abrazo parecía imposible. Y ahora habrá que esperar para ver si rinde frutos perdurables o es un simple apriete de ocasión.