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A diez años de su muerte, Kurt Cobain será hoy homenajeado de diversas maneras en todo el mundo. El 5 de abril de 1994, el líder de Nirvana se disparó en la cabeza en su residencia de Seattle, Washington. “En esta época del año me encierro, es algo en lo que no me gusta pensar, mucho menos hablar”, declaró Krist Novoselic, ex bajista de Nirvana. Más allá de eso, muchos fanáticos del rock celebrarán hoy el legado que dejó el guitarrista zurdo que impulsó al grunge. El escenario preferido es el Parque Viretta, en Seattle, donde los fans se reúnen a cantar, le llevan flores y le encienden velas. El parque se encuentra frente a la mansión donde Cobain vivió junto a su esposa y su hija, que ahora tiene 11 años. Allí se quitó la vida, pero recién el 8 de abril se encontró su cuerpo. “Recuerdo perfectamente ese día. Debido a las circunstancias de su muerte y la juventud del cantante que moría en el auge de su carrera, supe que un nuevo mito nacía en la música”, señaló Geoff Mayfield, editor de la revista Billboard. Pero mientras la prensa preparaba sus especiales sobre el aniversario, su viuda Courtney Love llenó páginas con sus últimas andanzas. Días atrás, la cantante fue detenida durante unas horas por lanzar un micrófono al público durante un show en Nueva York y herir a un espectador en la cabeza. Esa noche apareció en el programa de TV de David Letterman, ante quien exhibió sus senos. Además, llegó tarde a una audiencia en la que un juez de Los Angeles decide si la someterá a un juicio por dos acusaciones de posesión de drogas que la dejaron momentáneamente sin la custodia de su hija.