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Por Barbara Munker
Desde Los Angeles

Es famoso y temido en Hollywood por su ambición y su encanto. Los que más miedo tienen son los maridos de sus compañeras de reparto. Warren Beatty, que hoy cumple 65 años, tuvo durante décadas a las más bellas mujeres de Hollywood a sus pies. Hasta que hace diez años conoció a la actriz Annette Bening, durante el rodaje de Bugsy, la biografía del mafioso que inventó Las Vegas. La bella Bening no sólo logró que se casara: tuvieron cuatro hijos. Para Beatty, una carrera como astro nunca fue suficiente. Por eso, muchos de sus más grandes éxitos los consiguió como productor y director. Estuvo nominado al Oscar 14 veces, y recibió la estatuilla una vez, en 1981, como director por Reds, un film sobre la Revolución Soviética. En febrero del año pasado, recibió en Londres el premio honorífico por su trayectoria, y este mes viajará al Festival de Cine en San Francisco, donde será coronado “cineasta extraordinario”. En la gala de los Oscar hace dos años, Beatty fue distinguido con una estatuilla honorífica, el “Irving G. Thalberg Memorial Award”, privilegio que comparte con leyendas como Walt Disney, Alfred Hitchcock y Steven Spielberg.
Como hijo de una actriz y hermano menor de Shirley McLaine, Beatty estaba predestinado al escenario. Tras estudiar actuación en Nueva York y dar sus primeros pasos en Broadway, en 1960 fue contratado por Elia Kazan para compartir cartel con Natalie Wood en Esplendor en la hierba. Si en la pantalla interpretaba a un reprimido sexual, fuera de los rodajes era exactamente lo contrario, como Natalie Wood, Leslie Caron, Julie Christie, Diane Keaton, Madonna y muchas otras pudieron constatar. McLaine dijo cierta vez. “Si no fuese mi hermano, yo también me hubiese acostado con él.” En Bonnie and Clyde, Beatty brilló en su doble papel de protagonista y productor, y recibió el Oscar a la mejor película.
Con Reds se atrevió con un proyecto valiente y de gran despliegue como protagonista, director, coguionista y productor. El film fue distinguido con tres Oscar y muchos elogios. Pero, claro, también puede equivocarse. Con Ishtar –junto a Dustin Hoffman e Isabelle Adjani– ingresó en 1987 en el Libro Guinness de los Records con el fracaso más caro del cine. Pero en 1991, su parábola del mafioso visionario Bugsy le trajo dos nominaciones al Oscar y una esposa. Beatty se enamoró de Bening, la mujer que por fin logró doblegar al donjuán más famoso de Hollywood de las últimas tres décadas.
Beatty sigue seduciendo, pese a todo. La reciente ganadora del Oscar Halle Berry admitió recientemente que se sentía en el séptimo cielo tras conocer a Beatty. En 1998, él la “descubrió” y la contrató para la sátira política Bullworth. Esta película, que pasó directamente al video y al cable en Argentina, significó una de las más furibundas diatribas contra el establishment político de los Estados Unidos. Bullworth es un acomodado senador demócrata por Los Angeles que, de buenas a primera, descubre que opera en un mundo hipócrita, rodeado de hipócritas, y decide contratar un asesino para que lo mate y concluya la farsa. Mientras tanto, descubre la cultura hip hop negra y se convierte en un candidato al ritmo del rap.
En el que iba a ser su próximo proyecto, Beatty quería demostrar que, a pesar de su edad, las damas se siguen rindiendo a sus pies. En un thriller cuyo rodaje estaba previsto a partir de junio en California, Asia y México, Beatty iba a encarnar a un marido asesino y su víctima era Uma Thurman. Sin embargo, esta semana, el actor anunció al semanario The Hollywood Reporter que se retiraba del proyecto, porque el rodaje en diferentes locaciones le iba a demandar “demasiado tiempo”. Ahora, el galán sexagenario quiere estar en casa.