ESPECTáCULOS › CRONICA TV EXHIBE EL DOCUMENTAL DE LEONARDO FAVIO
“Esta es mi obra cumbre”
Entre hoy y mañana, el canal emitirá las casi seis horas de “Perón, sinfonía del sentimiento” o la historia del peronismo según un militante. El film no se ha estrenado en las salas comerciales.
Por M. B.
Ocho años después de comenzado el proyecto y tres años después de que estuviese listo para su estreno, el documental de Leonardo Favio Perón, sinfonía del sentimiento llegará al público masivo, pero a través de la televisión. Será emitido entre hoy (las primeras tres partes) y mañana (las segundas tres) desde las 16 por Crónica TV. El documental repasa, con la minuciosa y personalísima mirada de Favio, la historia del peronismo en seis capítulos que tienen una duración de 5 horas, 45 minutos en total. La exhibición por televisión parece el final de una larga historia, llena de sobresaltos, que incluyen que el film no haya sido estrenado en salas de cine.
El trabajo comenzó a esbozarse a fines de 1994, cuando Eduardo Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires, le propuso al cineasta financiar la realización de un documental. El aporte económico saldría de la Fundación Confederal, y la cifra presupuestada era de 4 millones de pesos (otrora dólares). Perón, sinfonía del sentimiento demandó unos 150.000 metros de celuloide, de 16 y 35 mm, además de animaciones y retoques digitales. Incluye filmaciones caseras y films de época, como La razón de mi vida.
Favio utilizó tecnología de última generación para reconstruir, por ejemplo, las escenas del balcón de la noche del histórico 17 de octubre de 1945. Sólo tenía el audio, algunas fotografías y tomas diurnas de las multitudes. Esa fue, según el director, la única vez en que se mezcló fílmico con animación, transformando escenas diurnas en nocturnas. Poco antes, la productora de Favio había filmado durante dos meses completos escenas “de apoyo”. Sin embargo, al terminar el rodaje, la idea de adosar reconstrucciones de escenas reales se detuvo. “Podía sembrarse dudas sobre la veracidad de la historia”, dijo Favio. Tomó entonces la decisión de restaurar como fuera posible las deterioradas imágenes que había ido consi- guiendo, que hoy muestran una excelente calidad.
Favio trabajó durante dos años hasta que la plata se le terminó. Era, decía, demasiado poco para tamaño proyecto. Duhalde no puso más. El director de Gatica, el Mono debió exhumar sus canciones y volver a los escenarios para recaudar dinero. En ese afán por volver a capitalizarse asesoró además a algunos políticos del PJ, como el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá, en una interna partidaria. Así, a pesar de su delicada salud hizo giras por todo el país, hasta que recaudó lo suficiente para retomar el proyecto. Ya era octubre de 1997. “Cada vez que lo miraba, yo quería retocarle alguna cosita”, confesó Favio. Pero hubo un punto final.
Este film “no trata de la vida de Perón sino que intenta dar a conocer los hechos más sobresalientes sobre el movimiento peronista”, sintetiza el realizador que se lo dedicó a Héctor J. Cámpora, Hugo del Carril, Ricardo Carpani y Rodolfo Walsh, a los trabajadores, a los estudiantes y al grupo de Cine Liberación: Pino Solanas, Gerardo Vallejo y Octavio Getino.
Aunque estaba pensado como miniserie, el trabajo de Favio no se vio por televisión en los años de Carlos Menem. Por su extensión tampoco se estrenó en cine. Sólo en enero de 2000 se vio, por única vez, en el cine Atlas. Salió a la calle desde abril hasta setiembre del año pasado, vendido por el diario Crónica: un capítulo por mes con el guión completo adosado. La empresa declaró haber vendido 128.000 videos. Durante ese tiempo, Favio regaló incontables copias que se pasaron en centros comunitarios barriales y unidades básicas.
El arreglo con Crónica TV llegó en un momento particular de la crisis argentina. Duhalde, alguna vez financista del proyecto, es presidente. Favio llevó personalmente sus originales al canal de García, donde se copiaron las dos cintas que serán emitidas hoy y mañana. El realizador –que pasa Semana Santa en su Mendoza natal– considera el documental su obra cumbre, aunque el proceso le haya dejado un gusto amargo: “Advierto instalado en mí un dolor profundo e intransferible por lo que pudo ser y no fue, y a la vez, una luz semejante a la certeza de lo que algún día será”.