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Con “ustedes”, Repetto
Por Sandra Russo
“Volvamos a la calle”, decía el cartel gigante que desplegó la producción de Domínico, el programa de Nicolás Repetto, en una esquina cualquiera de Buenos Aires, donde lograron un tumultuoso asado callejero entre vecinos. Si el cartel hubiese rezado “Conozca a su vecino”, la escena, mostrando la repartija de choripanes entre los habitantes de varios edificios, hubiese sido otro cantar. Pero no era ése el espíritu de la producción, sino volver a la calle, bajo la tesis, sobre la que Repetto insistió en sus dos emisiones, de que los argentinos de todas las edades y condiciones padecemos de un síndrome de claustrofobia alimentado por “la inseguridad y los secuestros”. En el primer programa, el chiste fueron los hermanos Korol jugando un picadito en un piquete, como quien dice “dale alegría a mi corazón, amargo”. Curioso personaje este Repetto que ya no es Nico sino un hombre de mediana edad buscando sintonía con “ustedes”. “Ustedes” han perdido la calle. Yo vengo a ofrecer un choripán.
Desde su irrupción con notas acrobáticas en la Noticia rebelde, donde la red ideológica del programa la tensaban Guinzburg, Castelo y Abrevaya, quien fuera Nico y hoy es Repetto supo después ganarse el primer Martín Fierro de Oro por Fax, un magazine bien hecho y sostenido por la empatía de ese muchacho buen mozo, bien hablante y de equilibrio constante entre el sentido común y el reflejo rápido para la comunicación con el público, especialmente las señoras. Después timoneó, en los ’90, otros programas de entretenimiento, que es el género por el que la televisión siempre se saca chispas, copiando formatos, ofreciendo premios, inventando desde odiseas peripatéticas de famosos en selvas caribeñas hasta, como hizo Nico justo antes de ser Repetto, poniéndolos a embocar corchos en copas de boca grande.
Después se fue y ahora volvió, y propone, desde la pantalla del 13 los domingos por la noche, “recuperar la calle”, un slogan perfectamente aceptable en épocas de la Noticia rebelde, cuando la Argentina de democracia neonata recién salía de la cucha, pero cargado de un sentido totalmente distinto hoy, cuando de acuerdo con el discurso imperante en Domínico, dos fantasmas se interponen entre “ustedes” y el espacio público: la inseguridad y las protestas. Según ese discurso, las madres ya no llevan a sus chicos a las plazas y la gente no sale ni a tomarse un café en el bar de la esquina. ¿Qué película habrá visto Repetto a la distancia? Sea la que haya sido, es la misma que abonan los que con su sarasasasa magnifican en grado extremo los datos objetivos y demonizan el “tomar la calle de ellos”, los otros, los que, qué barbaridad, qué espectáculo feo para el turismo.
Repetto versión 04 apunta ahí, a la identificación con los que presuntamente ya no se animan a salir de sus casas, los que fueron teletransportados a Colombia sin aviso, los que no pedirían balas de plomo pero gases, cómo no. “Volvamos a la calle” suena feo, inexacto, desproporcionado, pueril, banal, expulsivo. ¿Volvamos quiénes? “Ustedes” (Blumberg dixit).