ESPECTáCULOS › LA COMPAÑIA DE DEBORAH COLKER EN EL CERVANTES
Un baile tropical y cosmopolita
Por Analia Melgar
La Compañía de Danza de Deborah Colker es, objetivamente, una de las mejores del mundo. Subjetivamente, es la mejor. Oriunda de Brasil, concentra el vitalismo de esta bendita Latinoamérica y la proyección cosmopolita de formas de experimentación en el movimiento. Color, luz, imaginación, acrobacia y perfección caracterizan a este equipo surgido en Río de Janeiro y reconocido en cada lugar del planeta donde actúa. Cada uno de sus espectáculos es un baño de energía que viaja desde el escenario hacia la platea. La posibilidad de recibirlo está al alcance de la mano. Hasta este domingo, Colker y sus quince bailarines presentan 4 por 4 en el Teatro Cervantes (Libertad 815), como parte del Programa Cultural Petrobras 2004.
A sus 43 años, Deborah Colker ha acumulado una formación heterógenea que se adivina en sus creaciones. En 1993, mientras dictaba clases en los salones de un club, se gestó el inicio de su propia compañía. Al año siguiente la Companhia de Dança Deborah Colker debutó con su primera producción, Volcán, en el Teatro Municipal de Río de Janeiro. A ella siguió Velox y una asociación que determinó la definitiva consagración de este conjunto fabuloso: el patrocinio exclusivo con Petrobras Distribuidora. En 1996 llegó Mix, donde los bailarines se mueven sobre una palestra, una pared vertical que los sostiene con soportes para los pies y las manos. La genial invención de Mix mereció el Laurence Olivier Award 2001, primera vez que ese reconocimiento, el más prestigioso otorgado por el teatro inglés, fue destinado a un artista brasileño.
Rota, producto de 1997, fue la primera y única obra de Colker que pasó por Argentina. Quien haya tenido la buena fortuna de haber sacado sus tickets para esa ocasión seguramente no habrá olvidado la experiencia. En Rota, una enorme rueda de metal, de más de seis metros y 1500 kg, es la estructura sobre la que los cuerpos de los bailarines circulan y se despliegan sugerentes. Podrá decirse que en creaciones del nuevo circo como Ronda, de Gerardo Hochman, se emplean recursos similares. Sin embargo, la ocurrencia de Colker es peculiar. Lanza imágenes que atornillan a la butaca por una fusión especial entre la danza, la escenografía, la utilería, el vestuario y la música, que incluye desde Pachelbel y Strauss hasta los Chemical Brothers. No es sólo la imaginería de la directora lo que impacta, sino su asociación con Gringo Cardia, realizador de los contenidos visuales de todas y cada una de las obras. Líneas, formas, colores otorgan un atractivo poderosísimo.
“La geometría del espacio –puntualiza Colker en diálogo con Página/12–, las verticales, horizontales, diagonales, se relacionan con el movimiento, creando infinitas posibilidades. Es un reto al propio cuerpo. De esta manera, el escenario no es decorativo sino interactivo y el vestuario se entrelaza con el desenvolvimiento de los bailarines.” Pese a tratarse de una búsqueda abstracta, los efectos que Colker genera seducen a públicos diversos: “Mostramos –se enorgullece la directora– un trabajo sofisticado, a la vez que comunicativo y popular. La danza ya tiene su propio público y este mercado crece progresivamente.”
El último espectáculo de la compañía de Colker es 4 por 4, preparado durante 2002. Adelanta desde su título un nuevo desarrollo en los procesos de investigación sobre la danza. Además es un encuentro entre las ideas de Colker y las artes plásticas. Estructurado en cuatro bloques, cada uno de ellos está protagonizado por una obra y un artista distinto, los cuatro brasileños. 4 por 4 contiene “una instalación fija, un objeto/escultura, una pintura y una instalación móvil”, sintetiza Colker. A esta propuesta de por sí atractiva se agrega una yapa: la propia Deborah frente al piano con una sonata de Mozart, mientras dos de sus bailarinas lucen zapatillas de punta, calzado que Colker nunca había empleado hasta aquí. En el resto de los cuadros también ella baila junto a sus quince bailarines. La suma de todos estos anticipos augura un show fascinante con técnica clásica, innovación contemporánea, despliegue visual y carisma tropical.