ESPECTáCULOS
Extremismos católicos
Por Martín Pérez
“Ojalá sea cáncer”, murmura Mary mientras pedalea por su barrio residencial. Acaba de ver un documental sobre el caso de una mujer que luchó contra el cáncer con dignidad hasta la muerte, y allí escuchó una declaración de su protagonista en la que confesaba haber atribuido sus primeros vómitos y mareos a un embarazo. Criada como una cristiana recalcitrante, participante de marchas contra el aborto, Mary prefiere el cáncer antes que enfrentar lo que realmente sucede. Fruto de su carencia de educación sexual, su embarazo adolescente es el resultado de haber tenido una visión en la que Jesús le decía que debía hacer todo lo posible por salvar a su novio, que acababa de confesarle que creía ser gay.
Producida por Michael Stipe e interpretada por un reparto generoso (que incluye actores indies como Martin Donovan y megaestrellas caídas en desgracia como Macaulay Culkin), durante sus primeros quince minutos ¡Salvados! parece el preludio de un dislate capaz de estar a la altura de las novelas de Douglas Coupland o de comedias independientes como las de Don Roos o incluso Todd Solondz. Pero una vez planteada su trama, ambientada en un instituto secundario de católicos militantes, apenas si califica como comedia romántica adolescente con buenas intenciones. Muy buenas intenciones, cabría agregar, al elegir como blanco de sus burlas al extremismo católico estadounidense, que tan bien interpreta su presidente George Bush Jr. Pero, lamentablemente, como película –y como comedia– apenas si se queda en las intenciones, ya que el resto de sus logros terminan siendo tan opacos como los de las más remanidas y maniqueas comedias del género.
Su historia no es la de Mary y su novio gay, internado por sus padres en un instituto de salud católico, sino la del embarazo y la reconversión de Mary, que abre los ojos al mundo que hay más allá del fanatismo de su madre y del cerrado mundo que la rodea. Alrededor de Mary orbita la fanática Hilary Faye (Mandy Moore), chica popular de la escuela. Y también la rebelde Cassandra (Eva Amurri, hija de Susan Sarandon), que no será tan mala como parece. Macaulay Culkin anda en silla de ruedas y no le falta cinismo, mientras que Martin Donovan hace de director de la escuela, casi un maestro de ceremonias como el que interpretó Steve Martin en la olvidada Leap of Faith.