ESPECTáCULOS › NUEVA EDICION DE LA FERIA DEL LIBRO INFANTIL
Guarda que ladran... y muerden
Más grande que nunca, con 108 expositores y 1541 actividades, vuelve este clásico porteño de las vacaciones de invierno.
Por Silvina Friera
“Los libros No muerden” es el lema de la Feria del Libro Infantil y Juvenil que comienza hoy a las 9. Y porque muerden en lugares distintos, ladran y mueven sus páginas como la cola de un perro que reclama atención, están más vivos que nunca. “El chico que lee nunca puede permanecer indiferente”, dice Marta Díaz, directora de Ferias de la Fundación El Libro, a Página/12. “Los libros dejan una huella, una marca, una impronta, algo que se fija en la memoria de los lectores.” Esta edición, la número 16, es la más grande de todas: son 13.200 metros cuadrados –la totalidad del predio–, 108 expositores y 1541 actividades culturales, que incluyen talleres de periodismo, de cuentos, de fabricación de instrumentos musicales, y espectáculos de teatro, magia, danza y música. A modo de homenaje por el bicentenario del nacimiento de Hans Christian Andersen, la escenografía de las plazas de juego del Centro de Exposiciones reflejará las temáticas del autor de La Sirenita, El traje del Emperador y El ruiseñor, y se realizará una exposición de cien ejemplares antiguos del escritor danés, pertenecientes a la Biblioteca y Centro de Documentación de la Asociación La Nube: la primera edición argentina de 1909, las ediciones españolas y mexicanas y las primeras ilustraciones de sus cuentos.
Díaz, que aclara que el No tachado es deliberado, sintetiza el sentido que quieren transmitir los organizadores de la Feria: “Los libros te van a morder, pero te van a morder bien”. La escritora Graciela Repún, autora de El príncipe Medafiaca, señala que esta exposición es un puente entre los libros y los chicos: “Los lectores somos de escarbar y encontrar libros en cualquier lado. Hay un azar que nos gobierna y esto se percibe al recorrer la Feria, que se parece a un gran mercado árabe lleno de frutos y sabores”. Repún agrega que dejar libros en manos de los más chicos es como construir “puertas que se abren a la fiesta de la palabra”. Angeles Durini, autora De la Tierra a Kongurt (SM), asegura que le llama la atención el exceso de ruidos que hay en la Feria: “Es lindo ver a los chicos recorriendo los pabellones con los padres, chusmeando libros. Pero también me sorprende el hecho de que haya mucho ruido. Es difícil concentrarse y cuando hay tantos espectáculos que no siempre están relacionados con la lectura”. Admiradora de la obra de Andersen, Durini subraya que el escritor danés es un autorazo. “Tenía un arte que nadie tiene: él logra escribir cuentos como si fueran relatos orales”.
Gabriela Keselman, que el próximo miércoles presenta El cumpleaños de Enzo (Alfaguara), coincide con Durini: “Me parece bien que haya talleres y juegos relacionados con el objeto libro, pero un espectáculo de danza árabe delante de un stand es muy ruidoso, no se puede hablar con los chicos ni dialogar con los padres, y firmar libros se hace muy difícil en esas condiciones. A veces tengo la impresión de que los autores somos como figuras decorativas en la escenografía de la feria. Una cosa es un parque de diversiones y otra una feria del libro”. Keselman opina que cada chico tiene un momento para la lectura y que eso hay que saber respetarlo. “No me parece que haya que imponer la lectura sino fomentarla desde otro lugar. Si la lectura no es un placer no tiene ningún sentido. Obligar a leer es contraproducente, el chico puede llegar a odiar los libros, cuando se supone que se busca justamente el efecto contrario: que le genere placer, que le pique el gusto por la lectura.”
No hay disponibles estadísticas que puedan medir el comportamiento de los lectores más chicos. Pero se puede trazar una curva de crecimiento desde el mundo de la edición de libros. Según datos de la Cámara Argentina del Libro (CAL), el salto cuantitativo en la publicación de literatura infantil y juvenil se dio en los últimos dos años. En el 2004 se publicaron 950 títulos nuevos, que representan el 5,33 por ciento de la totalidad de libros registrados en la Agencia Argentina de ISBN, mientras que en lo que va del 2005 ya se publicaron 395. Estas cifras demuestran la consolidación del género, que es uno de los más solicitados en el exterior.
En el mismo predio, del 13 al 16 de julio, se realizarán las jornadas para docentes, bibliotecarios, estudiantes y profesionales del área de la salud, de la educación especial y agentes de espacios comunitarios, que tendrán como lema el mismo de la feria: “Los libros No muerden”. En esta edición, uno de los premios “Pregonero”, que entrega la Fundación El Libro a las instituciones y personas que han contribuido a la promoción de la literatura infantil, será para el escritor y juglar Luis María Pescetti, por su labor como conductor del programa Vampiro Negro, que se emite en Radio Nacional. Hasta el 28 de julio hay tiempo para recorrer la feria y descubrir que los libros ladran y muerden bien.