ESPECTáCULOS
Una presencia necesaria
El productor Diego Romay comprendió que la Madama debía ser sí o sí María Nieves. “Voy a hacer un espectáculo de tango y sin María Nieves no es tango”, le endulzó los oídos a la veterana bailarina. “Cuando recién empecé a estudiar tango, iba a ver todas las noches a María con Juan Carlos Copes”, recuerda Mora Godoy. “Ellos bailaban en un lugar que se llamaba Hippopotamus y después estuvieron una temporada en el Teatro de la Comedia. Me fascinaba ver caminar a María, ver cómo respiraba el tango a través de su cuerpo. No hay otras bailarinas de la estirpe de ella. De su generación, es la única que conserva un excelente estado físico, unas piernas increíbles, y baila endiabladamente bien.”