ESPECTáCULOS › LAS SATISFACCIONES DE LOS TRES GRANDES BAILARINES
Bocca, Iñaki y Maximiliano
El año pasado marcó el afincamiento definitivo (o todo lo definitivo que la decisión de un artista argentino pueda ser) en la Argentina de Julio Bocca. Luego de celebrar en 2000 los diez años del Ballet Argentino, Bocca se dio el gusto, tranquilo y con resto, de iniciar la temporada en febrero, con una escala en Santiago del Estero como parte del ciclo Argentina en Vivo 2 (de una Argentina que pareciera del siglo pasado), para concretar en agosto una temporada en el Luna Park y cerrar el año con tres meses de Tangos, una creación de Ana María Stekelman para él y un grupo pequeño de bailarines, que se difundió con una campaña publicitaria basada en su cuerpo desnudo. Para la temporada en el Luna, Bocca decidió volver a las fuentes, con un programa neoclásico basado en obras de Mauricio Wainrot y Robert Hill, un discípulo de Balanchine. El Ballet Argentino ha cobrado una madurez notable, a fuerza de permanencia, entrenamiento y entrega. Se espera para un futuro cercano el estreno de la versión de Macbeth que Stekelman habría montado para Julio. Seguramente el proyecto de traer Fosse a Buenos Aires, la comedia musical que Bocca estelarizó en Broadway, quedará para tiempos mejores.
Otro que estuvo bastantes meses del año en Argentina fue Iñaki Urlezaga, primer bailarín del Royal Ballet, quien vino en el verano 2001 a bailar por la costa atlántica, y luego realizó una larga gira por el interior entre junio y setiembre con el Ballet Concierto, mayoritariamente integrado por nativos o habitantes de la ciudad natal de Iñaki, La Plata. Fue allí que comenzó a cerrar el año por anticipado, en octubre y bailando al aire libre delante de la Catedral platense, a modo de precalentamiento para su aterrizaje en el Colón porteño, donde se alternó con Paloma Herrera en Giselle, la semana en que el Colón tiró la casa por la ventana.
El Ballet del Mercosur, dirigido por Maximiliano Guerra, comenzó su segunda temporada en 2001 debutando en Roma el 23 de julio. Luego hizo una gira por Italia, más los Festivales europeos de verano. En agosto iniciaron la gira nacional en Rosario, recorriendo todo el país y finalizando en Tierra del Fuego. Cuatro galas en el Teatro Nacional Cervantes a beneficio de la Asociación Amigos del TNC (B’nai B’rith), de CEMIC, Fundación Favaloro y ACNUR (Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Internacionales) fueron su presentación en Capital Federal. Una clausura a beneficio de Caritas en el Luna Park cerró una gira de 48 funciones a lo largo de cuatro meses. El programa incluyó obras de coreógrafos del Mercosur, como Ana Mondini de Brasil (Bailantas), Hilda Riveros de Chile (Canción de cuna para despertar) y Mora Godoy de Argentina (Tangos mirando al Sur) más una exhumación de Mario Galizzi con el asesoramiento de Olga Ferri de Don Juan de Zarissa.