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Entre sus ensayos para la comedia musical que prepara con Adrián Suar y Oscar Araiz y sus múltiples proyectos, Mauricio Wainrot habló con Página/12:
–¿Es espectador habitual de obras de danza contemporánea?
–Veo bastante danza contemporánea, por ejemplo los ciclos de danza del Alvear. Del último Festival de Danza Contemporánea he visto algunas cosas, pero no quiero dar nombres. Como espectador me interesa lo que pasa en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, pero lo que yo busco como director del Ballet del Teatro San Martín es otra cosa.
–¿Con qué criterio selecciona a los coreógrafos y las obras para el Ballet del San Martín?
–Desde 1999 hice ingresar a muchos bailarines jóvenes provenientes del Teatro Colón, del Teatro Argentino de La Plata y del Taller de danza del San Martín. Hoy es una compañía con gran dinámica, versatilidad, que baila obras de distintas escuelas, con emotividades diferentes, de coreógrafos de todo el mundo. Por ejemplo, Ginette Laurin (una canadiense que proviene de la Nouvelle Danse), Nils Christe (un holandés que hace neoclásico), Ana María Stekelman, obras mías. Nunca pongo más de dos obras mías por año. Repuse Looking through Glass porque la compañía está mejor ahora que cuando estrené esta obra.
–¿Hay coreógrafos que no se ubican en la línea que usted busca?
–Algunos coreógrafos son convocados en el ballet y otros no porque yo no puedo trabajar con aquellos “autollamados bailarines” que usan la música de fondo como música de aeropuerto. Hay bailarines actuales que no saben bailar. No saben manejar su propio cuerpo y ya quieren manejar el de otros. La técnica me importa mucho, sigue siendo algo fundamental.
–¿Qué línea estética determina para el ballet?
–Yo siempre aspiro a la teatralidad en la danza. No existe lo abstracto en el escenario; allí todo es teatral. Pero no me gustan las ideas e historias lineales. Cada vez más me gustan las abstracciones. En este ballet se modifican los integrantes pero no la estética. El Ballet del San Martín te puede gustar o no pero todo en él es impecable.
–¿Cómo define la danza y qué es la danza contemporánea para usted?
–La danza es un vocabulario, igual que el castellano con que estamos hablando, con el que expreso ideas, emociones, sentimientos, con una estética determinada. “Contemporáneo” parece oponerse a “ballet”. La danza contemporánea es la danza de hoy, la danza actual. Dentro de ese ámbito, me interesa mostrar la versatilidad de escuelas. Yo siempre quiero cambiar. Siempre busco cosas que nos alimenten el alma.