El programa de recolección masiva de datos telefónicos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) fue revelado en junio de 2013 por el contratista Edward Snowden, que desnudó la manera en que Estados Unidos vigilaba a ciudadanos en todo el mundo. El escándalo se hizo aún mayor cuando trascendió que varios mandatarios extranjeros fueron víctimas también del espionaje. Recién ayer, dos años y medio después de las filtraciones de Snowden, entró en vigencia la ley que prohíbe al gobierno norteamericano recolectar directamente los datos. Ahora debe solicitarlo a las compañías en caso de que lo requiera por motivos de seguridad.