Miércoles, 16 de abril de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › UN DíA DE “ACAMPE ARTíSTICO” FRENTE AL MINISTERIO DE CULTURA
Docentes y alumnos de cursos que se dictan en los centros culturales barriales protagonizan una jornada de protesta sobre Avenida de Mayo. Piden la apertura de cursos y el pago de haberes. Cultura respondió con un informe de presuntas irregularidades.
Por Eduardo Videla
Los talleres de los centros culturales barriales se mudaron a la Avenida de Mayo. Murgas, malabaristas, músicos y artistas en zancos protagonizaban anoche un festival, frente a la sede del gobierno porteño, a cargo de alumnos y docentes, en protesta por el cierre de talleres y el despido de docentes y en reclamo del pago de haberes que el gobierno porteño adeuda a los profesores desde diciembre. Los organizadores, sin embargo, no lo llaman festival, sino “acampe artístico”, porque la actividad está programada para 24 horas. Es decir, que se llevará a cabo hasta hoy a las 17. El Ministerio de Cultura respondió con un informe de la Auditoría General de la Ciudad, en el que se detallan presuntas irregularidades detectadas entre 2005 y 2006, aunque sin precisar por quiénes habían sido cometidas. Anoche, el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, anunció que se abrirán “todos los talleres que tengan más de cinco inscriptos”
“Tomaron una medida arbitraria, por capricho, sin hacer una auditoría en cada centro cultural: si había problemas se podían resolver sin necesidad de cerrar talleres”, dice Daniel Bosque, a cargo de un taller literario en el Centro Cultural Fortunato Lacámera, de San Telmo. Pese a que su taller fue borrado del nuevo organigrama, Bosque lo abrió de todas maneras: inscribió a unas cincuenta personas y lo lleva adelante contra viento y marea, como un acto de resistencia, porque sabe que difícilmente cobrará por este trabajo.
Como protesta, los trabajadores de los centros culturales decretaron un cese de actividades y convocaron ayer al “acampe artístico” frente al Ministerio de Cultura, en Avenida de Mayo 575. Reclaman la reapertura de unos 500 talleres sobre un total de 1200 que finalizaron en 2007, el cobro de los haberes adeudados y un aumento salarial similar al que recibieron los docentes. También piden la renuncia del director de Promoción Cultural, Baltazar Jaramillo –responsable de los talleres–, quien “ha aportado dinero en la campaña electoral del jefe de Gobierno, instalando prácticas clientelares en el Ministerio de Cultura”.
“De 20 horas de clase semanales, pasé a dictar cuatro”, dice a este diario Adolfo Godoy, profesor de tango danza, que da clases en el Centro Cultural Roberto Arlt, de Flores. Con un dejo de ironía, Godoy cuenta que pese a que lo dejaron prácticamente sin trabajo, una imagen con su foto sirvió para ilustrar un folleto de promoción de actividades culturales de la ciudad.
El conflicto se inició en marzo, cuando el Ministerio de Cultura, después de demorar una semana la inscripción a los talleres, anunció que este año habría 680, casi la mitad de los que se habían dictado el año anterior. Es que, según los talleristas, habían sido 1200 los cursos dictados el año pasado, pero el ministerio puso en duda esa cifra. Y aseguró que, por el contrario, habría más horas cátedra este año que en 2007.
Los números no se compadecen con los hechos, ya que hubo muchos docentes que vieron reducir drásticamente sus horas de trabajo, mientras que otros directamente se quedaron afuera del programa. Algunos de ellos optaron por inscribir igual a sus alumnos e iniciar los cursos en forma paralela a los oficiales. Ayer, el Ministerio de Cultura informó que ya son 1018 los talleres abiertos. Y anoche, el ministro Lombardi le dijo a Página/12 que dio instrucciones para que “se abran todos los talleres que tengan más de cinco inscriptos”.
Lombardi enfatizó que en los talleres “debe mantenerse el principio de gratuidad”. Lo dijo en alusión a uno de los aspectos detectados en el informe de la Auditoría según el cual “el 42 por ciento de los encuestados dijo que se cobraban los cursos”. El delegado de ATE, Daniel Conte, explicó que en algunos centros culturales se cobraban “bonos contribución de 2 y 5 pesos” y que el dinero “era utilizado por los coordinadores como caja chica, para la compra de papel higiénico o bolsas de residuos”.
Según Lombardi, el informe de la Auditoría revela “un curioso presentismo del 100 por ciento de los asistentes al taller”.
–Esas cifras no comprueban nada. A lo sumo podría sospecharse que no están bien hechas las estadísticas. ¿Por esa razón dieron de baja talleres? –le preguntó este diario a Lombardi.
–Queríamos que no hubiera irregularidades. Ahora vamos a garantizar que toda la demanda va a ser satisfecha.
–¿Y por qué se adeudan los salarios de los docentes?
–Este es un tema que siempre se demora. Ya se están liquidando los haberes. Van a ver que este gobierno va a ser el que más pronto les va a pagar.
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