SOCIEDAD › CUATRO DETENCIONES EN EL JUICIO POR MELMANN
Policías presos por mentir
El sargento Oscar Echenique, uno de los imputados por la violación y asesinato de Natalia Melmann, sigue en el centro de la escena. Un testigo de identidad reservada dijo ayer que lo vio en dos ocasiones, en febrero de 2001, cuando ocurrió el crimen, cerca del vivero Florentino Ameghino, donde apareció el cuerpo de la víctima. El testigo precisó que primero lo vio a la 1.30 del 5 de febrero, un día después de la desaparición de la joven. Volvió a verlo el 7 del mismo mes, a las 3, un día antes de la aparición del cuerpo. En ambas ocasiones, Echenique iba en su auto, de características únicas en Miramar: es un Peugeot 404, gasolero, inconfundible. Ayer, cuatro policías terminaron presos, por 24 horas, dada su reticencia a declarar. “¡No mientan más! ¿Ustedes creen que me va a temblar la mano para procesar a toda la ciudad por encubrimiento?”, gritó el presidente del Tribunal, Enrique Ferraris, luego de escuchar las mil contradicciones de los testigos.
Los policías quedaron detenidos e incomunicados por 24 horas, para que “recapaciten” sobre la responsabilidad de ser testigos en un juicio penal y que hoy vuelvan a comparecer ante el tribunal, dispuestos a colaborar en todo lo que puedan. Los que fueron sancionados por su falta de predisposición a declarar fueron el sargento Angel Custodio Sánchez, el cabo Ricardo Morra, el oficial inspector Juan Alberto Silva y el sargento José Luis Morillo.
El testigo de identidad reservada, para avalar los dichos que complicaron a Echenique, sostuvo que el Peugeot 404 gasolero del policía “es el único que hay en todo Miramar (en su tipo) y es imposible confundirlo”. Sostuvo que las dos veces lo vio “claramente” y que en una ocasión le hizo un comentario a su mujer: “Mirá, Echenique debe estar buscando en el vivero al ‘Gallo’” Gustavo Fernández, el único civil imputado por el crimen.
El primero en ir preso ayer fue el sargento Angel Custodio Sánchez, por considerar los jueces que el testigo “omite, miente o no declara todo lo que sabe” respecto del caso y acerca de lo que hizo durante el fin de semana en el que desapareció Natalia. El policía Sánchez admitió que conocía la casa del barrio Copacabana donde se presume que ocurrió el crimen, pero aclaró que iban “a comer asados” y que eran “reuniones de camaradas y no fiestas negras, como se rumoreaba”. Después el tribunal tuvo que escuchar muchas incoherencias y luego del estallido del juez Ferraris, cuatro policías quedaron detenidos y ahora tendrán que tratar de “hacer memoria”.