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“Cuando llegue a mi casa, mi hijo me va a decir ‘gracias’”, se emocionó la madre de un chico que fue abusado por su profesor de música cuando concurría al jardín de infantes. El docente Juan Carlos Privitello fue condenado a cuatro años y medio de prisión por el Tribunal Oral número 28, que lo encontró responsable de abuso deshonesto en al menos un caso. Y dictaminó una inhabilitación para ejercer cargos docentes durante ocho años. Sin embargo, se fue libre de la sala de audiencias ya que tiene diez días para llevar a cabo la apelación.
En 1996, los padres de dos nenas y un nene de entre tres y cuatro años acusaron al profesor de música Juan Carlos Privitello de haber manoseado a sus hijos “tanto en clase como cuando los acompañaba al baño” y detallaron que los chicos habían modificado sus hábitos, incluso con el surgimiento de fobias relacionadas con concurrir al jardín de infantes. Los menores eran alumnos del establecimiento ubicado en Pergamino al 200, de Flores.
Más tarde, Privitello había sido procesado por dos de aquellos casos pero fue sobreseído. Y siguió trabajando en el jardín hasta 1998, momento en que apareció una nueva presentación judicial en su contra. Esta causa estuvo en un comienzo a cargo de la jueza de menores María Casará y luego pasó a manos del magistrado de instrucción Osvaldo Rodríguez, que procesó al docente, aunque no fue a la cárcel.
Durante el proceso oral, el abogado querellante Mario Bibas solicitó una pena de ocho años y el fiscal José Chakas una pena de cuatro años y medio, que fue la que finalmente se le impuso. El defensor Julio Frederik pidió la absolución de su cliente, por entender que no había pruebas que lo incriminaran. Sin embargo, el tribunal integrado por Carlos Chediek, Alfredo Olivan y Carlos Rengel Mirat tuvo en cuenta las pericias psicológicas y consideró que Privitello cometió “abuso deshonesto agravado” porque se habría producido cuando el profesor estaba a cargo del cuidado del niño y debía responder por él. También lo inhabilitaron para ejercer cargos docentes durante ocho años.
“Los testimonios que se tomaron en el juicio fueron muy duros”, indicó el juez Carlos Chediek. Todavía el fallo no está firme, ya que el docente seguramente apelará la resolución. Afuera de la sede del tribunal, dos madres de las víctimas coincidieron en que “se hizo justicia”. “Lo importante es que no va a estar más en contacto con niños”, dijo una.
“Al fin se hizo algo para que los chicos no tengan que volver a pasar por algo parecido”, agregó la otra, con lágrimas en los ojos. Y el abogado Bibas advirtió que la pena “va a tener que ser efectiva”, además de recomendar “prestar atención a los chicos” cuando explicitan síntomas de abuso sexual. “Tuvimos que pelear contra una corporación muy fuerte –admitió la mamá de una víctima–. Pero lo logramos”.