El grupo, unas treinta mujeres, ocupó en silencio los asientos de un ala de la Catedral porteña. Otras madres, con cochecitos de bebé, acompañadas por vecinos y dirigentes barriales, cortaron la Avenida de Mayo, frente a la sede del Gobierno de la Ciudad. Reclamaban por el cierre de un jardín maternal, en Villa Soldati, donde asisten unos 50 niños menores de cuatro años, y de una escuela secundaria, donde concurren más de setenta jóvenes y adultos. Tras una intervención del arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio, los manifestantes recibieron la promesa de que serán atendidos el próximo martes por el ministro de Educación, Mariano Narodowski, y el secretario general del gobierno porteño, Marcos Peña, quienes buscarían en esta semana una solución.

El jardín El Globo Rojo está ubicado en Mariano Acosta 3650 y funciona desde octubre de 2006, cuando el gobierno porteño celebró un convenio con militantes del Movimiento Teresa Rodríguez: el Estado ponía el personal y el MTR pagaba el alquiler del local donde funcionaba el emprendimiento y ponía a una asesora pedagógica. El proyecto empezó a naufragar ahora, cuando venció el contrato de alquiler y el dueño no quiere renovarlo.

La gran mayoría de los usuarios son habitantes de la Villa Cartón –incendiada hace más de un año–, ahora alojados en Parque Roca, y vecinos de los monoblocks de Soldati. Ante la falta de respuestas, los vecinos decidieron hacer visible su reclamo. El corte empezó a media mañana y se prolongó durante horas, mientras que otro grupo de mujeres se instaló en la Catedral con la idea de quedarse allí –si fuera necesario, durante días– hasta obtener una respuesta. Después de la mediación de Bergoglio, el jefe de Gabinete de la vicejefa de Gobierno, Daniel Lipovesky, fue quien gestionó el encuentro para el martes próximo.