Sábado, 21 de junio de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › UNA CHICA RESCATADA DE LA PROSTITUCIóN Y RECHAZADA POR SU FAMILIA
Una adolescente misionera, que estaba prostituida por una red de trata en Brasil, fue repatriada a la Argentina. Pero su familia, de condición muy humilde, dice que no la puede tener.
Por Carlos Rodríguez
“Es una chica muy rebelde y no sabemos qué hacer con ella.” Esa fue la respuesta que dio el padre de una adolescente misionera, de sólo 15 años, que fue repatriada a la Argentina desde Brasil, donde fue encontrada en manos de una organización dedicada al tráfico de personas que la había incorporado al negocio de la prostitución. La familia –muy humilde– de la jovencita está formada por el matrimonio y otros once hijos. La chica, cuyo nombre se mantiene en reserva por su edad, se había fugado de la casa a los 12 años y sus padres no habían hecho ninguna denuncia sobre su desaparición. A comienzos de este mes, la organización no gubernamental La Casa del Encuentro denunció que en la Argentina hay entre 550 y 600 chicas de entre 13 y 24 años que fueron denunciadas como desaparecidas y que se cree están en poder de organizaciones mafiosas que se dedican al comercio de la prostitución.
“Nosotros llevamos a la chica, junto con los jueces que intervinieron en el caso, tanto en Argentina como en Brasil, pero los padres no aceptaron reinsertarla en el hogar”, confirmó a PáginaI12 el jefe de la Gendarmería en Misiones, Enrique Alberto Zach. Dada la situación planteada, la adolescente quedó alojada en la comisaría de la localidad misionera de San Vicente, bajo la tutela de la Defensoría de Menores. Mañana será llevada a la ciudad de Oberá, para quedar a disposición del juzgado de Familia.
La joven vivía con sus padres en la localidad fronteriza de El Soberbio, desde donde escapó para luego cruzar en bote el río Uruguay, hasta llegar a la ciudad brasileña de Porto Soberbo. Una información que no pudo ser confirmada señaló que la chica fue a la búsqueda de una hermana mayor que, al parecer, trabajaba como prostituta. El rescate de la niña se produjo durante un operativo que la policía civil brasileña realizó en un prostíbulo. La joven fue traída de nuevo al país por decisión del juez de menores brasileño Roberto Laux Juniors, con intervención del juez de instrucción argentino de la localidad de San Vicente, Juan Carlos Cantero, y la mediación del cónsul argentino en Uruguayana, César Speroni. La chica carecía de documentación.
El operativo contra la red de prostitución se hizo en la localidad brasileña de Crissiunal, en el estado de Rio Grande Do Sul, donde se produjeron varias detenciones. El comandante Enrique Zach, jefe de la IV Agrupación de Gendarmería, estuvo al frente del operativo de traslado y confirmó que la niña había nacido en El Soberbio. “Ella llegó a Brasil, sin documentación alguna, cuando tenía 12 años, luego de atravesar el río Uruguay en una canoa”, explicó Zach. Una vez que regresó a la Argentina, fue acompañada por integrantes del escuadrón femenino de la fuerza de seguridad, que luego de realizar todos los trámites migratorios hizo el intento por reintegrarla a su familia.
Las fuentes de la Gendarmería, además de confirmar que los padres se negaron a recibirla, comentaron que la familia “tenía conocimiento del lugar donde se encontraba la chica, pero en ningún momento realizó ninguna denuncia ni tratativa personal para ir a buscarla”.
El caso se produjo una semana después de que la organización no gubernamental Coalición Alto a la Trata y a la Explotación Sexual Comercial Infantil denunciara, en Posadas, que existe complicidad en los casos de tráfico de personas de agentes de la Dirección Nacional de Migraciones. Esto se estaría produciendo en casos de niños y adolescentes que llegan a la Argentina, sobre todo procedentes de Paraguay.
La denuncia de la ONG fue hecha luego de que la Gendarmería pusiera fin a las actividades de una banda, en momentos en que trataba de ingresar al país, sin documentación alguna, a una adolescente de 16 años. Días atrás fue clausurado en Buenos Aires, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el Primer Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico. En su transcurso, la monja Martha Pelloni dijo que el problema central es “la historia de siempre. El hilo se corta por lo más delgado, las mujeres y las niñas. El Estado no se hace cargo; los proxenetas siguen reclutando y los clientes, consumiendo”.
En la Argentina, desde 2002, cuando Susana Trimarco salió a buscar a su hija Marita Verón, las denuncias por desapariciones de mujeres llegan a 1026.
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