Lunes, 4 de agosto de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › ENTREVISTAS EN UNA CUMBRE PREVIA A LA CONFERENCIA INTERNACIONAL EN MéXICO
Antes de iniciar la cumbre internacional contra el VIH, otra cumbre, Living 2008, reunió a 350 militantes de ONG de todo el mundo. PáginaI12 habló con tres argentinos, portadores. Cinco de cada diez nuevos casos se detectan entre heterosexuales.
Por Mariana Carbajal
Desde México DF
José María Di Bello es psicólogo, está por cumplir 40 años y sabe que vive con el VIH hace ocho. Lorena Di Giano prefiere no hablar de su historia personal: se lo pidió su mamá, que vive en un pueblo pequeño. Alejandro Freyre se enteró de la infección en su cuerpo cuando tenía 19: ya tiene el doble. Los tres son argentinos y la infección los convirtió en activistas. Se los ve muy saludables. Se encontraron aquí, en la cumbre de personas que viven con el VIH Living 2008, que reúne a unos 350 militantes de organizaciones de todo el mundo, antes del inicio de la Conferencia Internacional de Sida. En diálogo con PáginaI12, entre los tres armaron la agenda de asignaturas pendientes en el país para avanzar en la lucha contra la enfermedad: la falta de presupuestos en los gobiernos provinciales para distribuir los medicamentos que envía la Nación y encarar acciones preventivas, los obstáculos que persisten en el acceso a las terapias gratuitas para las personas más pobres y las que viven lejos de las grandes ciudades, la discriminación que sufren de parte de médicos en centros de salud de provincias del Norte, la alta prevalencia de VIH entre travestis, y el crecimiento de la infección entre adolescentes y jóvenes, en particular en zonas carenciadas.
Di Bello es el coordinador del Programa Nacional de VIH de la Cruz Roja Argentina y también forma parte del secretariado de la Red Argentina de Personas Viviendo con VIH-sida (RedAr). Freyre es miembro de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, forma parte de la Fundación Buenos Aires Sida y acaba de incorporarse al Inadi como asesor ad honorem en la temática. Di Giano también pertenece a la RedAr y es además punto focal para Argentina de la Red Latinoamericana de Personas Viviendo con el VIH e integrante de la Red Internacional de Mujeres Viviendo con VIH (ICW).
Argentina es uno de los pocos países de Latinoamérica –junto con Chile, Uruguay y Brasil– en los que el Estado entrega gratuitamente las terapias antirretrovirales a todas las personas que las demanden. No quiere decir, claro, que todas las que las necesiten, las tengan, se encargan de aclarar los tres activistas argentinos. Este es el tema más crítico, coinciden. “La disponibilidad de las terapias es una realidad en la Argentina. Pero si vivís en situación de pobreza a 20 kilómetros del hospital y el día que fuiste había paro y no te atendieron, a la semana siguiente el dinero que tenías para viajar lo gastaste para darles de comer a tus hijos y te quedaste sin los medicamentos. Esto sucede diariamente”, describió Di Bello.
–¿Cómo podría solucionarse el problema? –preguntó este diario.
–Hay que trabajar cómo descentralizar la entrega, pero es un tema delicado. Porque no todas las personas con VIH quieren ir a la salita de su barrio por el estigma que sufren. Ahí todos los conocen y prefieren ir al hospital, donde la atención es más anónima. Hay personas con recursos económicos de algunas provincias del interior que prefieren ir a atenderse a otra para que no se enteren todos que tienen VIH. Lo veo en Salta.
Se estima que en Argentina hay 130 mil personas con VIH. Pero apenas la mitad lo sabrían. Es decir, la otra mitad no estaría recibiendo las terapias antirretrovirales ni sería consciente de que puede transmitir el virus. Los últimos registros oficiales (2007) tienen 64 mil casos de VIH notificados. De ese total –precisa Freyre– 34.500 son personas que han llegado a la etapa de sida. “Los últimos datos indican que ha crecido notablemente la infección en las mujeres jóvenes y de estratos socioeconómicos medios y bajos, y en la totalidad de los casos, se percibe un aumento de la incidencia en la población heterosexual”, agregó Freyre. La epidemia en el país está concentrada todavía en los grupos de hombres que tienen sexo con hombres, entre los usuarios de drogas y las trabajadoras sexuales. Sin embargo, entre los nuevos diagnósticos, el 82 por ciento se contagió por transmisión sexual y de ellos, 6 de cada 10 a través de relaciones heterosexuales, precisa Freyre, con los datos del Ministerio de Salud en su computadora portátil.
Di Giano puso también el eje en la falta de articulación entre el Programa Nacional de Sida y los programas provinciales, particularmente los del NOA. “En algunos hospitales se rehúsan a atender a personas con VIH. En Catamarca puntualmente ha sucedido que no las trasladan a terapia intensiva, las dejan sin ninguna atención y finalmente mueren. Otro problema es que está concentrada la atención en las capitales y la gente que vive en el interior tiene que trasladarse para recibir atención y medicamentos”, detalló. Di Giano es de Mar del Plata, que pertenece a la Zona Sanitaria VIII de la provincia de Buenos Aires. “A veces no tienen dinero para llevar los medicamentos que envía la Nación a hospitales y centros sanitarios. Y se ha superado el problema porque los mismos beneficiarios han puesto su vehículo para trasladarlos. Eso es terrible”, apuntó Di Giano.
Pero las personas con VIH no necesitan sólo terapias antirretrovirales, enfatizan los tres activistas. “Requieren distintos tratamientos para contrarrestar los efectos adversos de los medicamentos y a veces también faltan”, sostuvo Di Giano. “Tomar los antirretrovirales no es como tomar una aspirina. Necesitamos una buena alimentación. Se estima que la mitad de las personas con VIH en Argentina son pobres. Muchos estaban recibiendo en la provincia de Buenos Aires un bolsón con comida a través de Desarrollo Social pero hace casi un año no se los entregan más”, denunció. Cada cinco nuevas infecciones de VIH, tres son hombres y dos, mujeres, según datos oficiales. El 10 por ciento no completó la escuela primaria, el 25 por ciento sólo completó la primaria y el 20 por ciento no terminó el secundario, detalló Freyre.
Más de 20 mil personas dieron inicio ayer a la XVII Conferencia Internacional del Sida, que por primera vez se lleva adelante en un país de América latina, México. El argentino Pedro Cahn –titular de la Sociedad Internacional de Sida (IAS)– presidió la apertura del encuentro y se quejó por la ausencia de autoridades sanitarias del gobierno argentino en la conferencia. “Sabemos de la difícil situación política de Argentina, pero es una lástima que no estén los ministros en la Conferencia”, dijo Cahn, en el gigantesco Centro Banamex, sede del cónclave. Además, el titular de la IAS destacó el “buen programa de provisión de antirretrovirales para los portadores del virus” en el país.
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