SOCIEDAD › LA TURISTA INGLESA QUE MURIó EN BUENOS AIRES, VINCULADA CON UNA ORGANIZACIóN

Atrapada en una red de narcos

Había estado detenida en septiembre, cuando la Federal desbarató una organización integrada por extranjeros, pero quedó libre por falta de pruebas. Las escuchas revelan que negociaba llevar como mula un cargamento a Europa.

Para las autoridades migratorias, Laura Hill había entrado al país para pasar sus vacaciones el 19 de agosto del año pasado. Un mes y medio después, esta turista inglesa apareció muerta en un hotel del centro porteño. El caso abrió una disputa consular cuando, en diciembre, se conoció el peritaje médico: no había muerto por causas naturales, sino por un edema pulmonar provocado por ingerir una considerable cantidad de cocaína. Sus padres creen que fue obligada a consumir, violada y asesinada. Pero ayer el ministro Aníbal Fernández habló del caso y develó un dato crucial: la turista inglesa formaba parte de una red de narcotráfico.

“La realidad es un poquito diferente”, ironizó Fernández al citar la hipótesis de los padres de Hill. “Unos 19 días antes de su muerte –recordó el ministro–, entre el 11 y 12 de septiembre, por una investigación de nuestra Superintendencia de Drogas Peligrosas de hacía mucho tiempo, se produjeron varios allanamientos en los cuales fue detenida una cantidad importante de gente con 18.500 pastillas de éxtasis, 4800 kilos de cocaína y algunas otras cosas, como dinero y armas.” Durante ese operativo, comentó Fernández, fueron detenidos un hombre de nacionalidad coreana, un colombiano y otras personas entre las que se encontraba Hill.

“En la investigación hay escuchas de la relación entre el coreano y esta joven, en la cual negociaban su calidad de ‘mula’ para llevar droga a Europa y que no termina por concretarse porque no se pusieron de acuerdo en el método de ocultación de la droga”, relató el funcionario. En los operativos también fueron detenidos un ciudadano inglés y otro búlgaro, aunque Hill quedó luego en libertad porque la prueba en su contra no era suficiente, explicó Fernández. Según el ministro, Hill y el búlgaro se habían alojado juntos en distintos hoteles entre el 19 y el 23 de agosto pasado y quien pagaba las habitaciones no era otro que el colombiano detenido como cabecilla de la organización narco.

La vinculación entre la turista inglesa y los narcos se conoció tras el hallazgo del cuerpo, cuando el caso comenzó a ser investigado por personal de la seccional 14. Hill fue encontrada sin vida por una médica del hospital Muñiz que vivía en el mismo edificio, en Chacabuco al 100. Estaba sentada en las escaleras, con una botella de agua mineral en una mano y un cigarrillo en la otra. De su novio, también inglés, nunca más se supo algo.

Los padres de Laura comenzaron a sospechar del motivo de la muerte porque la información que les llegaba del Ministerio de Asuntos Exteriores (Foreign Office) era contradictoria. Al principio les dijeron que había muerto por “causas naturales”, cuando quisieron repatriar el cuerpo sostuvieron una larga disputa con la Cancillería argentina porque faltaban algunos órganos del cadáver. Más tarde, se enterarían de que su hija consumía cocaína en Buenos Aires, donde llevaba un vida marcada por los excesos. No entendían qué había pasado.

“Laura Hill era una independiente y vibrante mujer de 25 años. Trabajó como asistente dental y ahorrando suficiente dinero se embarcó, al igual que mucha gente joven, en una aventura sudamericana con algunos amigos. Yo tuve una charla con su médico clínico, quien me confirmó que Laura tenía un buen estado de salud”, aseguró Nigel Waterson, un político conservador y “ministro en las sombras”, como se suele denominar a los opositores británicos que conforman un gabinete paralelo al oficial para atender a una eventual caída del gobierno.

Waterson acompañó a los padres de Laura, Kevin y Alison, durante una conferencia de prensa hace dos semanas en el hotel Chatsworth, ubicado en Eastboune, la ciudad balnearia donde creció la joven, en el condado de Sussex. Allí contaron que se enteraron más y mejor de la situación por los diarios argentinos que por el Foreign Office, al que podrían demandar legalmente. También sugirieron que participe la policía de Sussex y se mostraron dispuestos a venir al país para motorizar las investigaciones. La última vez que hablaron con ella, quince días antes de su muerte, “estaba bien, feliz y esperando venir pronto a casa”, contó su madre.

“Sólo queremos saber qué sucedió con nuestra hija y cómo murió. El Foreign Office nos hizo creer que la muerte de Laura no era sospechosa, pero las pruebas que salieron a la luz después sugirieron otra cosa”, comentó su madre. Y agregó: “Creo que las autoridades argentinas han encubierto algo y el Foreign Office no presionó para obtener más respuestas. Esto ha sido un infierno viviente, tenemos que saber qué sucedió con ella”.

El fiscal de instrucción porteño Aldo de la Fuente, a quien el juez subrogante Rodrigo Mata Pagano le delegó la causa, recordó que “la autopsia determinó que ella tenía cocaína en el cuerpo, tras aspiración nasal, y que murió de un edema pulmonar por una falla cardíaca”. El fiscal también señaló que la causa permanece “reservada”, es decir que todavía no fue archivada, y que en caso de que aparezca alguna prueba nueva, se investigará. Sin embargo, remarcó que “de los dichos de los testigos y los peritajes no surgió que se haya tratado de un homicidio”.

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El edificio de Monserrat donde murió Laura Hill, en octubre de 2007.
Imagen: Télam
 
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