La Policía Federal negó ayer que el subcomisario César Eymuller, apodado El Alemán, sea investigado en alguna de las dos causas relacionadas con el triple crimen. Sin embargo, los voceros de la fuerza admiten que Asuntos Internos abrió un expediente e investiga la relación de personal de la Federal con los medicamentos robados y falsos y también con la efedrina. La versión sobre la investigación de dos subcomisarios fue publicada en exclusiva por PáginaI12. Ayer se comprobó otro adelanto de este diario: la fiscal Ana María Yacobucci, que es quien verdaderamente investiga el triple crimen, dictaminó que la causa debe pasar a la Unidad Fiscal de Investigaciones número 13 de Luján, que depende de la fiscalía general de Mercedes y que tiene jurisdicción sobre General Rodríguez, donde se produjo la matanza. Yacobucci no está convencida de que el móvil del crimen haya sido la efedrina y la relación con el laboratorio de los mexicanos detenidos en Ingeniero Maschwitz, lo que llevaría la causa al fuero federal. La fiscal cree que el triple asesinato también puede haber tenido como motivos la venta de medicamentos falsos y robados y las gigantescas deudas que tenía Sebastián Forza. Por eso pasa el expediente a la justicia ordinaria.

La versión de que un grupo de policías o ex policías pudo tener relación con el crimen viene rondando la fiscalía de Yacobucci y el Juzgado Federal de Zárate-Campana a cargo de Federico Faggionato Márquez. Una de las razones es que Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina fueron maniatados con precintos de plástico, algo que suelen usar los efectivos de la Federal. El dato sobre Eymuller y su vínculo con los precursores químicos empezó a trascender por el lado de las esposas de las víctimas, fue conocido por el Juzgado de Zárate-Campana y también lo mencionaron hombres de la Policía Bonaerense que trabajan con Faggionato. La Federal ayer lo negó en forma categórica, aunque Asuntos Internos está profundizando la pesquisa sobre “El Alemán”.

Como señaló PáginaI12 el martes pasado, la fiscal Yacobucci se convenció de que la causa debía pasar a la provincia de Buenos Aires después de que comprobara que el triple crimen se perpetró en el mismo lugar donde aparecieron los cuerpos. Los elementos que tomó en cuenta Yacobucci fueron numerosos: los proyectiles clavados en el piso, las vainas servidas, las astillas de huesos arrastradas por los proyectiles, la sangre, la tierra en los pantalones que demostró que cayeron allí mismo y el informe de que las heridas producidas en el lugar fueron mortales. Por todo eso, la fiscal evaluó que el principal delito, los homicidios, se cometieron en territorio provincial y que, por lo tanto, corresponde a la justicia bonaerense la investigación del caso.

Yacobucci podría haber enviado el expediente al juez federal Faggionato Márquez, pero eso significaba el aval a la hipótesis de que el triple crimen se produjo por una cuestión de drogas o precursores químicos. La realidad es que, hoy por hoy, aparece como la hipótesis más fuerte. Casi todos los que trabajan en la causa creen que a Forza-Ferrón-Bina los mataron por haber entregado los elementos para el allanamiento del laboratorio de Maschwitz y la detención de los nueve mexicanos y el argentino Luis Marcelo Tarzia. Sin embargo, para Yacobucci ésa no es la única pista. Forza tenía enormes deudas y ya había denunciado que una especie de prestamista, vinculado con el mundo de las droguerías, Ibar Pérez Corradi, lo venía amenazando. También registraba 13 causas penales por medicamentos robados y falsificados. En ese marco, Yacobucci consideró que la causa debía ser investigada por el fuero ordinario. El día del triple crimen intervino la UFI 13 de Luján, que en ese momento subrogaba Leandro Marquiegui. Sin embargo, ahora está a cargo de su titular, Oscar Reggi, y su superior, el fiscal general de Mercedes, Pablo Merola.