El gobierno de Italia aprobó un proyecto de ley en el que se introduce el delito de prostitución y se prevé la pena de cárcel tanto para quien la ejerce como para los clientes. La iniciativa, que fue presentada por la ministra de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfagna, si es adoptada, cambiará la actual legislación, aprobada hace cincuenta años y que abolió el delito de prostitución y decretó el cierre de los prostíbulos.

Las principales novedades de esta medida serán la tipificación del delito de prostitución en lugares públicos, ya que hasta ahora no era ilegal ejercerla, y decreta penas a los clientes de las prostitutas. Tanto clientes como trabajadoras del sexo podrán ser sancionados con penas que oscilan entre los cinco y los quince días de cárcel y multas de 200 a 3000 euros.

Asimismo, establece penas de entre seis y doce años de prisión y multas de entre 15.000 y 150.000 euros para aquellos que obtengan beneficios de la explotación de la prostitución de menores de 18 años.

Las penas aumentarán de un tercio al doble en el caso de que se trate de un menor de 16 años, añade el proyecto de ley. En el caso de que el menor sea un inmigrante, el proyecto de ley establece que será confiado a “las autoridades de su país de origen”.

Sanciones de entre 4 y 8 años de cárcel están previstas para los “jefes” de asociaciones criminales que se ocupen de reclutar o explotar sexualmente a personas, mientras que los miembros de estas organizaciones podrán ser sancionados con entre 2 y 6 años de reclusión.

El proyecto de ley no prevé la apertura de prostíbulos o lugares de alterne ya que, como indicó Carfagna, la normativa no pretende “reglamentar la prostitución, sino contrarrestarla duramente”. El proyecto de ley no vuelve ilegal la prostitución en sí, aunque allí aparece una zona gris: Carfagna no aclaró qué ocurrirá en los casos en los que se ejerce en la propia casa o en departamentos privados, al afirmar que “no es legal, pero tampoco constituye un delito”.

La ministra definió la ley como “una bofetada durísima al mercado de la prostitución” que “ayudará a la lucha contra la explotación de la prostitución, sobre todo la que tiene como víctimas a los menores”. El objetivo además conduce a combatir la “trata de blancas” y a fenómenos “de esclavitud”, declaró Carfagna, en una conferencia de prensa en la que presentó el proyecto aprobado por el Consejo de Ministros italiano.

En junio, el ministro del Interior, Roberto Maroni, miembro del partido populista y antiinmigración Liga del Norte, se había pronunciado por la creación de “barrios calientes” donde la prostitución sería tolerada para controlar mejor el fenómeno. Según cálculos de las asociaciones, de 50.000 a 70.000 personas –la tercera parte de ellas extranjeros– se prostituyen en Italia y el 65 por ciento de los “trabajadores del sexo” ejercen en la calle, mientras 20 por ciento serían menores.