SOCIEDAD › LA NUEVA PROTESTA TUVO MENOS ADHESION QUE ANTES
Ruido contra la inseguridad
Ruidoso alrededor del Obelisco, tibio en el resto de la Capital y con algunas caravanas en el interior, el reclamo de “10 minutos de ruido contra la inseguridad” convocado por la Coordinadora de Actividades Mercantiles y otras 30 asociaciones de productores y de profesionales no alcanzó los mismos decibeles de la primera convocatoria, realizada un mes atrás. Faltaron a la cita el ciudadano común, las cacerolas y la espontaneidad.
Tomando como parámetro la masiva participación de la gente en el ruidazo del 10 de setiembre, y entusiasmados con mayores repercusiones, los representantes de Came, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria, Sociedad Central de Arquitectos, Confederación Médica Argentina y otras entidades decidieron repetir la singular protesta de 10 minutos de bocinas, timbres, sirenas, cacerolas, palmas. Demasiada organización y escasa espontaneidad conspiraron en contra. A las 19.30, el Coro Kennedy se hizo presente en el Obelisco. A las 20 comenzaron las bocinas, mientras un grupo de motoqueros cortaba Corrientes y 9 de Julio.
En la otra mitad de la plaza, Fedecámaras convocaba a un acto semejante, también contra la inseguridad, pero de pañuelos blancos en lugar de ruido. Lo curioso fue que entre ambas organizaciones enfrentadas se colocó una columna de la División General de Orden Urbano, de la Federal, con sus correspondientes escudos y bastones. Los federales no adherían al ruidazo. Simplemente, estuvieron.
En el interior, Bahía Blanca se destacó con una caravana de alrededor de 200 automovilistas que marcharon al son de las bocinas y portando globos negros en señal de luto a través de las principales avenidas de la ciudad. Los vecinos apoyaron con cacerolas y silbatos.
Aunque los resultados del ruidazo no se dejaron oír, motivos para organizarlo había: según una encuesta realizada por la Came, sobre un universo de 2563 comerciantes consultados entre el 10 y el 25 de setiembre pasado, el 88 por ciento reconoció que la inseguridad impactó en sus ventas por el cierre de negocios antes de los horarios habituales. El mismo porcentaje aseguró que por el mismo motivo, sus ventas cayeron entre el 10 y el 50 por ciento. En el Conurbano, para el 85,7 por ciento, las ventas cayeron a la mitad. Por otro lado, el 56 por ciento de los comerciantes fue asaltado al menos dos veces.