Miércoles, 12 de noviembre de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › UN JUEZ DE MENORES DE SAN ISIDRO ANULó LA CONFESIóN DE UNO DE LOS PIBES DEL CASO BARRENECHEA
No sólo tenía 16 años y fue tratado como un adulto, sino que la policía lo golpeó para que confesara. Era el abanderado de la escuela, tal como lo habían dicho sus maestras. El otro chico que protagonizó la fuga con sponsors, se entregó y ahora está en La Plata.
Por Horacio Cecchi
La polémica desatada por el gobernador Daniel Scioli, sobre la solución manodurista a los problemas de inseguridad, ayer pasó por dos acontecimientos indicativos: uno, que el chico que protagonizó la fuga sospechosamente sponsoreada fue hallado a la madrugada del martes, en la casa de un tío, en Pontevedra, se entregó llorando y fue trasladado al instituto cerrado Almafuerte, en La Plata. Al respecto, el subsecretario de Investigaciones del Ministerio de Seguridad provincial, Paulo Starc, admitió que no tenían custodios en el exterior del instituto donde se protagonizó la supuesta fuga. Horas después, el Ministerio de Seguridad desmintió a su propio funcionario en una gacetilla en la que informaba que en el exterior había cuatro uniformados de la Bonaerense “cumpliendo funciones de policía adicional”, o sea, contratados por Desarrollo Social, como si eso los hiciera menos de la Bonaerense. El otro acontecimiento debería impactar (aunque esto es dudoso) en las informaciones oficiosas y el método en que se ventilan: un juez de menores de San Isidro anuló la supuesta confesión del otro chico detenido, porque había sido realizada ante un fiscal de mayores y porque la policía lo había golpeado y esposado durante 48 horas. Como mono con navaja, cuando Ruckauf alentó a “meter bala a los delincuentes” y ocurrió lo de Villa Ramallo, ahora se insufla odio contra los “menores” y se termina deteniendo a golpes al abanderado de una escuela.
El juez de Menores 1 de San Isidro, Fernando Ribeiro Cardadeiro, dispuso la nulidad de la declaración del chico detenido en la villa Puerta de Hierro, en Gregorio de Laferrère, La Matanza, señalado como participante del asalto y hasta del crimen del ingeniero Barrenechea. El chico es el mismo cuyas maestras salieron a decir, públicamente extrañadas, que el perfil del chico no coincidía con el monstruo construido entre informantes policiales y medios. En aquel momento, en diálogo con este cronista, una de las maestras aseguró que aunque no lo creían culpable, no defendían su inocencia, sino que exigían que la Justicia fuera justa y lo investigara a conciencia. La versión que lo encerró, divulgada siempre por fuentes policiales, sostenía que la mucama de Barrenechea lo había reconocido. La defensora del chico, María Florencia Arietto, sostuvo que en la rueda ante los familiares de Barrenechea nadie lo reconoció.
En aquel momento este diario consultó y fuentes cercanas al fiscal Gastón Garbus aseguraron que “el fiscal tiene la convicción de que tiene 18 años, pero de todos modos se está investigando por otros canales para chequear lo que denuncian los maestros y los padres”. Al parecer, la Justicia determinó que la convicción de Garbus fue convicta porque el chico tiene 16 y no debía declarar ante un fiscal de adultos, según se indica en los manuales universitarios. Por ese motivo y porque la policía lo golpeó para obligarlo a confesarse como autor material del homicidio y lo mantuvo esposado durante 48 horas, el juez dispuso anular la confesión de adulto y tomarle declaración él mismo, en el fuero de menores.
La suerte del otro chico, también de 16 años, es diferente: ayer, luego de su fuga sponsoreada, fue hallado en la casa de un tío, en Pontevedra. Se entregó llorando y fue trasladado al instituto cerrado Almafuerte, en La Plata. A todo esto, el subsecretario de Investigaciones del Ministerio de Seguridad bonaerense, Paulo Starc, admitió ayer que “no teníamos custodia alrededor del instituto Malvinas Argentinas”, de donde había supuestamente fugado el chico a plena luz del día y abriendo un boquete entre la malla de la puerta grande. Horas después, Starc recibió una autodesmentida del escalón de arriba: una gacetilla sin firma del Ministerio de Seguridad aseguraba que en el instituto Islas Malvinas (no se llama Nuevo Dique), de Pablo Nogués, había cuatro policías, que cumplen horas adicionales y que sólo controlan el ingreso de visitas (lo que implica ubicarse en la puerta de entrada, por donde fugó el chico). La gacetilla sugiere que el servicio es contratado por Desarrollo Social, como si por ello dejaran de ser policías de la Bonaerense.
Hoy, desde las 11, como para poner el acento en el fondo del asunto y no en impulsos mandrakistas del manodurismo, la Comisión Provincial por la Memoria, el Foro por los Derechos por la Niñez, la APDH y una enorme cantidad de organizaciones sociales organizan una marcha desde la República de los Niños para concentrarse finalmente ante la Casa de Gobierno de Scioli, en reclamo de abandonar la idea de bajar la edad de imputabilidad y por la plena vigencia de la Ley Integral de Promoción de los Derechos de los Niños.
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