Martes, 24 de marzo de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › LA JUSTICIA INVESTIGARá LA DENUNCIA DE UN COMISARIO EN PáGINA/12
El comisario pampeano Hugo Ledesma reveló en este diario cómo quiso combatir la trata de mujeres en la provincia y no lo dejaron. Ayer, un fiscal abrió una causa penal para investigar esa denuncia. El subjefe de Policía rechazó las acusaciones.
Por Mariana Carbajal
Un fiscal de La Pampa abrió ayer una causa penal para que se investiguen los dichos del comisario Hugo Ledesma, quien se desempeñó como jefe de Migraciones de la Policía de esa provincia entre 2003 y 2004, y en una entrevista exclusiva con Página/12 denunció que dentro de la misma fuerza de seguridad le pusieron numerosos obstáculos cuando quiso combatir a redes de trata que explotan mujeres en prostíbulos pampeanos y terminó confinado al frente de una seccional situada a más de 300 kilómetros de Santa Rosa, donde no tenía ni teléfono. La denuncia de Ledesma apuntó al jefe y subjefe de la Policía de La Pampa, Ricardo Alberto Baudaux y Juan Domingo Pérez, respectivamente, quienes se mantienen en sus cargos desde hace casi una década, en una provincia señalada por diversos informes –entre ellos, un relevamiento de la Organización Internacional para las Migraciones– como lugar de destino de mujeres reclutadas, muchas veces con engaño, en países limítrofes y provincias del Norte argentino por mafias de tratantes.
Ayer, los principales diarios de Santa Rosa reprodujeron en sus primeras planas las declaraciones de Ledesma a Página/12, publicadas en la edición del domingo. El fiscal Carlos René Ordás, a cargo de la Fiscalía Nº 1 de la Primera Circunscripción Judicial, decidió actuar de oficio y, según confirmó a este diario, preparaba ayer una denuncia, que deberá investigar el Juzgado Nº 5 de Instrucción y Correccional. Entre otros pedidos de prueba, Ordás solicitó que el comisario Ledesma sea citado a declarar como testigo. “Voy a ratificar todo lo que ya dije. Tengo toda la documentación, con firmas y sellos de la Jefatura de la Policía que prueban que digo la verdad”, aseguró Ledesma al conocer la apertura de un expediente. De todas formas, recordó que en su momento denunció ante el fiscal Jorge Marcelo Amado, actualmente a cargo de la Fiscalía de Cámara Nº 2 de Santa Rosa, que desde la Subjefatura de la Policía provincial le habían frenado a fines de 2004 un operativo en un prostíbulo de la localidad de Toay, a 15 kilómetros de la capital, donde tenía información de que había extranjeras ilegales y menores de edad encerradas, y que esa causa nunca avanzó y se cerró sin investigar.
Desde la semana pasada, este diario intentó entrevistar al comisario general Baudaux, pero su encargada de prensa planteó una y otra vez que la máxima autoridad policial de La Pampa estaba ocupada, de viaje fuera de la provincia, imposibilitada para poder responder.
En declaraciones al diario La Arena, de Santa Rosa, el subjefe policial negó las acusaciones de Ledesma. Dijo que su denuncia “es una mentira y una aberración”. Cada una de las afirmaciones del ex jefe de Migraciones de la Policía pampeana están respaldadas por documentación oficial que guardó durante todos estos años. Ledesma pidió hace siete meses el retiro voluntario, que todavía no le fue otorgado. Dijo que se decidió a romper el silencio por la indignación que le provoca escuchar a funcionarios provinciales negar que exista la trata de mujeres para explotación sexual en La Pampa.
Durante el año que estuvo al frente de la Dirección de Migraciones de la fuerza, Ledesma dijo que detectó el tráfico de mujeres extranjeras que eran llevadas a prostíbulos de la provincia. Cuando quiso perseguir a proxenetas se topó con una fuerte resistencia dentro de la misma policía. Según contó, le quitaron vehículos para realizar tareas de inteligencia y operativos en horario nocturno –justo cuando trabajan los burdeles–, y misteriosamente apareció destruido el archivo de su computadora donde tenía cargada información clave que comprometía a cafishios después de que pidiera varias veces que se guardara esa PC en un lugar especial. Cuando planteó su decisión de realizar allanamientos en burdeles, lo asignaron para vigilar la plaza de Santa Rosa entre las 24 y las 5 de la madrugada, es decir, en el horario en que funcionan ese tipo de locales.
El comisario denunció además en declaraciones a Página/12 que recibió amenazas de muerte, que él relacionó con su interés por investigar la trata de mujeres para explotación sexual. Destacó que desde su puesto en Migraciones de la Policía de La Pampa, durante su gestión impulsó la apertura de 13 subdelegaciones “para combatir la trata”. El 26 de diciembre de 2004, finalmente, a Ledesma lo trasladaron a la comisaría de Cuchillo Co, a 360 kilómetros al sudoeste de Santa Rosa. “No había ni teléfono. Estuve ahí casi dos años. Me dejaron afuera de Migraciones porque sabían que iba a llegar a descubrir la esclavitud sexual”, sostuvo Ledesma a Página/12. Sobre el envío de Ledesma a la comisaría de Cuchillo Co, el subjefe de la Policía dijo ayer: “Esos son traslados normales que tiene la institución y a los que cualquier policía está expuesto. No responde a nada en particular”.
El comisario Ledesma contó además que era frecuente que se filtrara dentro de la fuerza la información de que iba a realizar operativos y se alertaban a los propietarios de prostíbulos. Y que por esa situación pedía insistentemente a sus superiores que le asignaran personal para la Dirección de Migraciones. De esa forma evitaría tener que pedir refuerzos a otras áreas, que podían alertar de los procedimientos.
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