“Frente a lo humanitario, no hay posibilidades de prevalencia de los intereses comerciales”, dijo la presidenta Cristina Fernández ayer, durante la inauguración de la Feria Mundial de Municipios y Salud. Reactivando un reclamo que ya había realizado en la última Cumbre del Mercosur, Fernández señaló que, ante la crisis por la epidemia de gripe A, los laboratorios deberían proceder a “la suspensión de los derechos económicos por la necesidad de proteger la salud de la humanidad”.

Los propios laboratorios que poseen los derechos de la patente, recordó la Presidenta, han confesado “la imposibilidad de producir la suficiente capacidad de vacunas para que todos puedan acceder”, por lo que las reglas comerciales deberían ser, en este caso, flexibles y humanitarias. Por ello, y atenta a la dificultad mundial de satisfacer una demanda en ascenso, Fernández también ofreció “la capacidad instalada ociosa de la Argentina para producir las nuevas vacunas”. En el país, añadió, el control de la epidemia se debió a los trabajadores de la salud pública, algo a lo que también ayuda el sistema de obras sociales, que “permiten que cualquiera pueda acceder a la atención de la salud”.